Los taxistas de Zaragoza se rinden y no seguirán adelante con su propuesta de reducir hasta en un 18% el número de licencias como medida para combatir la crisis, la pérdida de usuarios y hacer más rentable el negocio. La decisión la ha tomado la Asociación Provincial de AutoTaxis después de que desde el Gobierno de Aragón informaran que no tenían competencias para llevar a cabo este plan y de que el ayuntamiento no haya mostrado más interés que una reunión con los representantes.

La ley autonómica actual no permitiría la reducción en el número de licencias, aunque la competencia a corto plazo sería municipal, según informaron desde la dirección general de Movilidad. Actualmente existe una Proposición de Ley del Taxi presentada y admitida a trámite en las Cortes de Aragón. El texto recoge que la decisión sobre el número de licencias deje de ser una competencia municipal y pase a ser en función del número de habitantes.

Desde el consistorio se limitan a informar que no ha habido avances al respecto y que el tema «está parado» ya que, según informaron desde el área de Movilidad, solicitaron informes de demanda y sobre el impacto económico que tendría la amortización de las 300 licencias que proponían amortizar.

El presidente de la asociación provincial, Mariano Morón, confirmó que «la idea está muerta». «Nos han dicho que no tenemos competencias para seguir con esta propuesta así que hemos parado el tema, no queremos problema», explicó.

La idea de los taxistas pasaba por reducir hasta 300 licencias de forma progresiva en los próximos diez años, 30 por ejercicio. Los propios conductores estaban dispuestos a sufragar el coste de este plan de amortización, abonando alrededor de 100 euros mensuales durante la próxima década para hacer frente a los 90.000 euros por títulos que se pagaría en concepto de compra de la licencia. En total, 27 millones que pretendían costear con el apoyo económico del consistorio. El objetivo de este plan no era otro que «adecuar» el número de taxis a la demanda actual con el fin de rentabilizar este negocio de autónomos muy castigado por la crisis.

El 2009 fue el año del gran batacazo, cuando la reducción en el número de servicios rozó el 40%. Desde entonces, su recuperación tan solo ha sido de un 5% y, a la pérdida de la capacidad económica, han tenido que afrontar la línea 1 del tranvía, el incremento del uso de la bicicleta y, en general, un cambio en la movilidad de la ciudad.