José Manuel Almarza Ramírez ha abierto hoy en las Cortes las comparecencias en la Comisión de Investigación de la Plataforma Logística de Zaragoza (Plaza) ha asegurado que en lo que él participó no solo no detectó ninguna irregularidad, sino que sigue pareciéndole que fue una gestión "modélica".

Almarza, que es técnico de la empresa Intecsa-Inarsa que se encargó de la redacción del proyecto supramunicipal de Plaza, ha explicado que el desarrollo del proyecto supramunicipal se planteó desde el principio a través de modificaciones, que orginariamente tenía un presupuesto aproximado de 150 millones y que después de siete modificaciones era de casi 340 millones.

En su intervención en la Comisión, que se ha prolongado durante unos tres cuartos de hora, ha hecho hincapié en que en lo que él participó en el proyecto y sus modificaciones no sólo no detectó ninguna irregularidad, sino que sigue pareciéndole una gestión "modélica".

"Yo nunca he visto gestionar mejor algo como la aprobación del proyecto de Plaza", ha dicho Almarza, quien ha apuntado, respecto del coste de urbanización, que no conoce el final, pero cree que es una magnitud similar a la del proyecto.

Ha explicado que todas las modificaciones del proyecto fueron aprobadas por el Consejo de Gobierno de Aragón, siguieron todos los trámites legales y fueron supervisadas por la Dirección General de Urbanismo y que su interlocutor en relación con la redacción del proyecto era el gerente de Plaza, aunque quien verdaderamente controlaba la redacción del proyecto y sus diferentes modificaciones siempre fue el Gobierno de Aragón.

Ha insistido en que las modificaciones no surgieron porque sí, sino que desde el principio se planteó el desarrollo del proyecto mediante modificaciones, y ha apuntado que el proyecto supramunicipal incluye el de urbanización.

Ha detallado que normalmente en la obra pública se licita con los precios del proyecto, pero en este caso no fue así, ya que Plaza decidió licitar las obras con los precios "en blanco", de forma que los contratistas pusieron su propio esquema de precios, y había diferencias "significativas", en el global "a la baja", pero en algunos precios particulares al alza, entre ellos movimiento de tierras.

Además, ha remarcado que hubo un momento en el proyecto inicial en el que, a su juicio, las negociaciones con Inditex obligaron a un cierto cumplimiento de plazos, y el consejero de Obras Públicas de entonces "tomó el toro por los cuernos", organizó el sistema para agilizar el proyecto y, en su opinión, ha sido " la gestión más brillante de un proyecto público" a la que ha asistido.

Fue, ha precisado, un momento puntual en el que se organizaban reuniones operativas en el despacho del consejero en las que se tomaban decisiones, en las que se consultaba con otros organismos que " igual duró tres meses en una historia de nueve o diez años".