El sector tecnológico aragonés no ve por ningún lado los síntomas de la desaceleración económica. Al menos por el momento. «Seguimos creciendo tanto en proyectos como en equipos», según asegura Antonio Novo, director gerente del clúster Idia, que engloba a las 79 empresas aragonesas más intensivas en I+D (BSH, Alliance Healthcare, Taim Weser, Adidas, Dana Automoción, Samca, Mann Hummel, PSA...). Sus previsiones, de hecho, indican que a lo largo del 2020 todas estas compañías demandarán en torno a mil empleos de perfil tecnológico. Encontrarlos no será nada fácil, ya que el sector lleva años alertando de la escasez de personal cualificado.

Lejos de arreglarse, este problema podría agravarse aún más con el aterrizaje en el 2022 o el 2023 de Amazon Web Services (AWS), que abrirá sus tres primeros centros de datos de España en tres localidades aragonesas: Huesca, El Burgo de Ebro y Villanueva de Gállego. «La demanda de profesionales superará todavía más a la oferta, pero bendito problema porque es una excelente oportunidad para tejer una red de servicios en torno a esos centros», apunta Novo.

Quizá esa sea la pregunta clave en torno a este proyecto: ¿conseguirá crear un ecosistema (aunque sea modesto) de firmas auxiliares? Ni Novo ni el gerente del clúster de Empresas TIC, Electrónica y Telecomunicaciones de Aragón (Tecnara), Manuel Pérez Alconchel, se atreven a dar una respuesta. Por el momento, Pérez Alconchel recuerda que cada uno de los tres centros creará «entre 80 y 100» puestos de trabajo. «Hay gente que se pregunta si tiene sentido que la DGA ponga tantas facilidades a un proyecto que sumará 300 empleos; yo creo que sí porque puede generar otras muchas cosas buenas», subraya.

Así, el gerente de Tecnara asegura que la llegada de AWS será «un acicate» para las empresas del sector que ya están asentadas en la comunidad porque los centros generarán «nuevas oportunidades de negocio en el área tecnológica».

Para que su aterrizaje sea más beneficioso para los intereses de Aragón, Novo subraya que hay que conseguir que Amazon «se involucre» en el desarrollo de proyectos con las firmas tecnológicas de la comunidad para acabar construyendo una industria TIC alrededor de los centros. «Si consiste solo en mantener ordenadores el impacto será escaso, pero si pudiéramos suministrarles toda esa capa de servicios que necesitan sería muy beneficioso», explica Novo, que apunta que lo ideal sería saber qué servicios van a demandar para ir formando ya a los profesionales.

FOCO DE ATRACCIÓN

Frente a estas tesis, otras voces -las más pesimistas- indican que ni siquiera el empleo que van a generar los centros va a ser tan cualificado, porque aseguran que el desarrollo tecnológico no se realiza en ellos sino en las oficinas centrales y en los departamentos de I+D de la multinacional.

Sea como sea, Pérez Alconchel destaca que la implantación de AWS también puede convertir a Aragón en un «foco de atracción» para otras firmas del sector. «Aportará credibilidad y una imagen de comunidad tecnológica que es muy importante para vendernos como un polo innovador», indica.

El tiempo dirá si Aragón puede y sabe convertirse en ese hub tecnológico. Por el momento, lo que parece claro es que la llegada de AWS obligará a redoblar esfuerzos para paliar la escasez de mano de obra cualificada.

Así lo corrobora también el decano del Colegio de Ingenieros de Telecomunicaciones de Aragón, Javier Mateo, que asegura que la escasez de profesionales podría limitar el crecimiento de las empresas. «Las firmas reclutan a los alumnos ya en tercero de carrera; se los rifan», asegura Mateo, que apunta que el problema es generalizado en toda España. El incremento del número de empresas tecnológicas también ha acentuado la escasez de mano de obra: en el 2009 había en la comunidad 1.240 firmas del sector TIC, mientras que en el 2018 la cifra alcanza las 1.790, según el Observatorio Aragonés de la Sociedad de la Información (OASI).