Los dos teléfonos que utilizaba mosén Florencio Garcés echaban humo. La Guardia Civil analiza el flujo de llamadas entrantes y salientes, resaltando un total de 1.299 procedentes de siete miembros del clan Zapato Veloz, imputados en esta causa por extorsionar al religioso para conseguir dinero.

De todos ellos, la que más comunicaciones realizó fue la matriarca Pilar Pérez Hernández, conocida como La Sevilla, con un total de 624. La investigación entiende que ella y su hijo José Luis Carbonell fueron los que pergeñaron el plan para presionar al cura. Hay declaraciones de testigos que destacan cómo ella insultaba al sacerdote llamándole "maricón". Las llamadas existen entre abril y noviembre del 2013.

La benemérita de La Almunia de Doña Godina, que es la que lleva a cabo las pesquisas, compara cada vez que uno de los imputados marcaba el número de Florencio Garcés y las extracciones que este realizaba. De ese estudio, resalta, por ejemplo, que La Sevilla le telefonea ocho veces el 30 de abril y el párroco saca de una cuenta corriente 2.000 euros.

También hay un registro de los mensajes de móvil en los que Pilar Pérez Hernández vuelve a ser la que más envía, con 78. Garcés no contesta a ninguno. Estas comunicaciones son una prueba más para el Instituto Armado sobre la existencia de presiones de esta familia. Aportan, además, las denuncias de familiares de dos ancianos que, en meses diferentes de este mismo año, alertan que están exigiendo dinero, aprovechándose de la edad y soledad de los mismos. Una de las víctimas vive en Borja y otra en Cortes, Navarra. Ambos llegan a señalar en un reconocimiento fotográfico a Pilar Pérez Hernández y Jesús Carbonell Pérez. No habían hablado antes por vergüenza.

Por otra parte, una feligresa reconoció también que mosén Florencio le dijo que estaba siendo amenazado "de muchísimas cosas". A la vez, afirmó que padece una grave situación económica, acreditada por los servicios sociales de Borja, que hizo que esta pidiera dinero al sacerdote, pero que solo le daba cinco euros.

Los investigadores resaltan que los Zapato Veloz carecen de ingresos, pero que se muestran "resueltos económicamente", ya que compran gran cantidad de vehículos y joyas. Un poder adquisitivo que responde a que "igual que don Florencio, hay otras personas que están siendo víctimas de hechos similares y que temen decirlo a las autoridades".