UN PERRO ABANDONADO. Hace unos días fui a hacer unos recados con mi perro, un husky siberiano. Quería buscar un libro y, al entrar a la librería General, en el paseo Independencia, dejé a Black atado a un árbol. Apenas pasaron diez minutos cuando vi que dos agentes de la Policía Local se acercaban a mi perro. Inmediatamente salí a la calle y uno de ellos invocó la Ley de Seguridad Vial y me dijo que me iban a multar por "haber abandonado un objeto en la vía pública". Le explique cuál era mi situación, que habían sido apenas diez minutos, que no podía entrar con mi mascota al establecimiento, pero... Ese agente se mostró bravo y me aseguró que él "personalmente" se encargaría de hacerme llegar una denuncia. Yo le dije que mirara al frente, porque allí, donde el carril de bus, había unos coches que interferían en el tráfico. Cada vez estoy más convencido de que la Policía no está donde que tiene que estar. En mi caso ejercieron un abuso de poder, quizá fuera por estar el perro en el paseo de Independencia, donde acaba de empezar a funcionar la máquina quitachicles, pero, aun así, mi perro no molestaba a nadie. En mi barrio mil veces lo he dejado atado a un árbol o a una farola y cuando los agentes de este cuerpo han pasado por las inmediaciones jamás me han dicho nada. CESAR LOLUMO ZARAGOZA

MUSICA EN LAS CALLES. En el barrio zaragozano de Delicias, en la calle que lleva el mismo nombre, hay unos altavoces que llenan de música la calle todas las mañanas. Me parece una idea estupenda, en especial porque esa calle es muy comercial y suele pasar mucha gente a diario. En el paseo Independencia, mismamente, hay personas que espontáneamente se ponen a tocar instrumentos y es una placer pasar por al lado. Desde mi punto de vista, esa iniciativa debería extenderse por distintos rincones de la ciudad, aunque sólo fuera por las calles principales de los distritos. Al ritmo que vamos casi todos en nuestros días, resultaría una buena terapia para la mayoría. Tan sólo pasar por un lugar con música relaja bastante, si no, pruébenlo. SANDRA BELTRAN ZARAGOZA