SOLO UN SOCORRISTA POR PISCINA. Quisiera denunciar que las piscinas municipales sólo vayan a tener un socorrista durante los meses de verano. ¿No se dan cuenta de que así se incrementa el riesgo para los ciudadanos? Un socorrista no es solamente aquella persona que se encarga de controlar a los bañistas. También realiza otra serie de tareas y una persona no es suficiente. IÑIGO MAYOR. ZARAGOZAANDANDO POR LA CARRETERA. Algunas barreras arquitectónicas se eliminan con tan poco criterio que a veces me veo obligado a ir por la carretera con la silla de ruedas. Me ocurre en una calle del barrio rural de Santa Isabel, donde un lado de la acera está rebajado pero no el de enfrente. Estas situaciones dejan entrever que los encargados de estos trabajos no están muy sensibilizados con nuestros problemas. Una simple reunión con las autoridades podría contribuir a mejorar las cosas. De esta manera, también evitaríamos que, en lugares como la plaza de los Sitios, entre la acera y el escalón quedara un hueco donde la rueda de la silla se atasca. Creo en la buena voluntad de la gente, pero nos tienen que escuchar. De lo contrario, volvemos a gastar dinero en deshacer lo que ya estaba hecho.

ANDANDO POR LA CARRETERA. P. M. ZARAGOZALOS RIESGOS DEL PASEO MARIA AGUSTIN. No me extraña que el paseo María Agustín de la capital aragonesa sea una de las vías con más accidentes de la ciudad. Para empezar, los semáforos de esta calle están mal regulados y apenas da tiempo a que los peatones crucen el paseo entero. Imagínense cómo andan las personas mayores... Mientras uno aguarda a que el otro semáforo se vuelva a poner en verde, debe esperar en una mediana muy estrecha. Además, los semáforos de las calles en perpendicular tampoco favorecen el paso de los peatones. Y hay que tener en cuenta que por esta calle los coches circulan a velocidades considerables. Pienso que regulando los semáforos, los riesgos disminuirían en gran medida. Tampoco vendría mal un poco más de control por parte de la Policía.

LOS RIESGOS DEL PASEO MARIA AGUSTIN. MARIO CALVO. ZARAGOZA