RUIDOS POR LA NOCHE. Vivo en la calle Santander y estoy harta de escuchar ruidos de los vecinos por la noche. Estudio Empresariales y tengo horario de mañana, por lo que tengo que madrugar bastante para ir a clase. Ese no es el problema, lo malo es que aunque me voy pronto a la cama no puedo dormir porque los vecinos montan mucho escándalo con música, risas y gritos. Todas las noches es igual, creo que es un piso de estudiantes, aunque también oigo a gente mayor, de todas formas he llamado varias veces a la Policía. Sin embargo, siempre que lo hago, para cuando llegan ya se han ido a dormir o ya han parado de hace ruido, por lo que nunca han podido pillarlos en acción y no ha habido denuncia. Además tienen un perro, de grandes dimensiones y lo sacan a altas horas a pasear. Cuando vuelven ya son más de las 2 de la madrugada y escucho en la noche sus ladridos y pisadas. Los vecinos también están hartos de escucharlos y el presidente de la comunidad no se hace cargo de este asunto. Me gustaría que estas personas dejaran de incordiar, porque no es algo grave, pero sí muy molesto y los vecinos merecemos un poco de respeto. MARIA P. L. ZARAGOZA

MAL OLOR EN LA CIUDAD. Soy un chico que ha venido a Zaragoza a trabajar, aunque soy de Cartagena, en Murcia. Me llama mucho la atención el mal olor que hay en Zaragoza, llega a tal extremo que muchas veces estoy durmiendo y me despierto a altas horas de la madrugada porque el hedor entra a través de la ventana y me despierta. He preguntado a varias personas para saber a qué se debe esto y me han explicado que fuera de la ciudad hay unas fábricas papeleras que emanan ese olor. Aunque algunos también me han asegurado que las alcantarillas no están tan cuidadas como debieran y que desprenden el olor. Me pregunto si no se puede hacer nada para solucionar este problema, ya que no soy la única persona que lo piensa. El ayuntamiento podría renovar el alcantarillado, o amonestar a esas fábricas para que no emitieran ese olor, ya que respirar algo tan malo puede ser perjudicial para la salud. ALBERTO M. ZARAGOZA