La sequía ha llegado en las últimas horas a un abrupto y aparente final en parte de Aragón. Las fuertes tormentas que descargaron en extensas zonas de las provincias de Zaragoza y Huesca afectaron sobre todo a las capitales y a su entorno. Así, en la ciudad oscense se recogieron 60 litros de agua por metro cuadrado en 24 horas, mientras que en el aeropuerto de Zaragoza se llegó a los 54 litros.

Especialmente castigadas por la lluvia torrencial que cayó durante la mañana de ayer fueron las localidades de Alagón, Utebo, Villamayor, Pedrola y Grisén, así como los barrios zaragozanos de Casetas y Monzalbarba. En esta última, los desperfectos causados por la violenta descarga afectaron a la carretera de acceso.

Los Bomberos de Zaragoza y de la Diputación Provincial tuvieron que emplearse a fondo a lo largo del día para achicar el agua acumulada en las calles y para retirar los árboles caídos, algunos de ellos en el patio de recreo de varios colegios de la zona.

En Zaragoza ciudad, las tormentas desatadas anteayer por la noche, que se prolongó durante la madrugada, y la iniciada ya en la mañana de ayer, sobre las 10.30 horas, obligaron a los bomberos a realizar alrededor de un centenar de intervenciones, unas cincuenta por cada tromba. Ninguna de ellas, aclararon fuentes del cuerpo, causó heridos de ninguna consideración, y tampoco hubo daños cuantiosos por las caídas de ramas y pequeños árboles ni los cascotes de las fachadas, propios de estas rombas en la capital aragonesa.

CORTE DE LUZ / Durante las intervenciones de la noche, lo más destacable fue el corte de luz que, entre las 00.00 y las 05.00 horas, sufrieron unos 3.000 clientes del barrio del Actur. Una incidencia que se reprodujo a nivel provincial en El Burgo de Ebro, con unos 1.000 afectados. La causa de la primera afección fue la inundación de un centro de transformación eléctrica en la calle Valle de Broto, que también requirió el achique de agua por parte de los bomberos.

Tras el medio centenar de intervenciones derivadas de la tormenta nocturna, los bomberos zaragozanos tuvieron que acometer tras el aguacero de la mañana otras tantas salidas (concretamente 46, contabilizaban), que formaron una larga lista de espera que terminó de resolverse bien entrada la tarde.

El agua caída por la mañana formó auténticos ríos que llegaron a interrumpir la circulación. Así sucedió, por ejemplo, en la autovía A-23, a la altura de la Academia General Militar, en la ronda de Boltaña y en el Actur. En Parque Goya, quedó inundado el paso inferior existente en Majas de Goya, lo que afectó a la circulación del tranvía, cuyo servicio quedó interrumpido durante una hora. Los bomberos tuvieron que intevenir por esto y acudieron también a achicar agua en el citado paso, en el que quedó varado un coche, aunque no tuvieron que retirarlo porque su propietario llamó a una grúa, indicaron fuentes del cuerpo.

Fueron las incidencias más reseñables de un día maratoniano para los bomberos, como por otra parte sucede con cada fuerte tromba de agua en Zaragoza. Afortunadamente, en esta ocasión ninguna de las caídas de árboles causó lesiones a los vecinos, ni hubo daños graves que lamentar.