Un estudio del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) revela nuevos datos sobre la mala hierba que crece desde el 2014 en el campo aragonés, el teosinte, que solo parece ser problemático en cultivos de maíz o sorgo.

Además, su erradicación es fácilmente controlable y la principal vía de dispersión es a través de las cosechadoras, por lo que hay que extremar las precauciones de limpieza si se ha trabajado previamente en zonas afectadas, ha informado el departamento de Innovación, Investigación y Universidad aragonés en un comunicado.

El teosinte hace referencia a un conjunto de especies y subespecies del mismo género (Zea), incluso de la misma especie que el maíz (Zea mays), que aparecieron como mala hierba en algunos campos de maíz de Aragón y que han ocasionado pérdidas de rendimiento y, por tanto, económicas para los productores.

La presencia de esta nueva mala hierba que infestaba campos de maíz en el valle del Ebro fue el origen de este proyecto, cuyos objetivos han sido conocer la extensión de las infestaciones, estudiar el comportamiento biológico de la planta y ensayar métodos de control para frenar su expansión.

Gracias a medidas como la prohibición de siembra de maíz en parcelas con elevada infestación, la superficie afectada se ha reducido notablemente y, aunque todavía se encuentran campos con nuevas afecciones, en ningún caso en localidades distintas a las que fueron detectadas en 2014.

El estudio ha mostrado que la capacidad de supervivencia de las semillas en el suelo es de aproximadamente 18 meses, independientemente de si se riega o no, por lo que el cultivo de alfalfa puede ser una buena alternativa a implantar, ya que su ciclo se adapta perfectamente a las zonas afectadas.

En estos cultivos pueden emerger plantas de teosinte, pero son segadas antes de producir semillas.

Una planta de teosinte que crece junto al maíz puede albergar entre 200 y 1.000 semillas y una de las principales causas de infestaciones secundarias en otras parcelas es que estas semillas pueden quedar retenidas en diferentes estructuras de las cosechadoras.

El estudio ha comprobado que el pastoreo también puede dispersar semillas de unas parcelas a otras y que tareas como el laboreo de volteo son poco eficaces, puesto que estas plantas son capaces de emerger incluso desde profundidades de 26 centímetros.

Desde el Gobierno de Aragón han subrayado que el teosinte se controla fácilmente con herbicidas antigramíneas, lo cual posibilita su control químico eficaz en otros cultivos de verano como el girasol o la soja, recomendados en las rotaciones como alternativas al maíz.