«No he podido seguir trabajando por la pandemia» asegura José Alberto Rodríguez Berrocal, de 43 años, una de las víctimas económicas que se ha cobrado la pandemia en Aragón. Este zaragozano ha tenido que dar al traste con la empresa de terapia con animales, llamada Equipo Zooterapia SomosDos, que gestionaba con cierto éxito desde hacia más de 11 años ante la imposibilidad de ejercer esta actividad en residencias de mayores y colegios de educación especial. Estos centros han dejado de recurrir a sus servicios debido a la crisis sanitaria y las restricciones aplicadas. «Aguanté los primeros meses gracias a las ayudas para autónomos pero en verano me di cuenta que era inviables seguir», explica apenado.

Su singular equipo de trabajo estaba formado por tres perros, un gato y diferentes tipos de insectos como gusanos de seda o mantis, que sigue cuidando en su casa, salvo uno de los canes que ha fallecido recientemente.

Tras el primer estado de alarma, confiaba en poder reanudar las terapias, pero pronto vio como la cosa se complicaba. «Los campamentos escolares con los que colaboraba se fueron suspendiendo y en los colegios había muchas dudas de como sería la vuelta a la clase. Si continuaba era morir hasta diciembre», recuerda. Llegó a la conclusión de que su labor era «incompatible» con las normas de prevención frente al coronavirus y en agosto decidió darse de baja en el régimen de autónomos y poner fin a su aventura emprendedora «sin tener derecho a nada», asegura con resquemor, ya que todos estos años trabajados no le valdrán siquiera para la jubilación al necesitarse un mínimo de 15 para que se contabilice. «Es algo injusto», lamenta José Alberto, que era socio de la asociación de trabajadores autónomos ATA.

En un futuro, cuando pase la crisis sanitaria, le gustaría retomar la iniciativa, pero se lamenta de las trabas y la falta de facilidades que tiene el trabajo por cuenta propia. «Los autónomos lo tienen muy complicado... Muchos gastos y normativas pero pocos beneficios. Tengo muchos compañeros que también han tenido que ir cerrando sus negocios», apunta.