Pagar una vivienda al contado es una práctica cada vez más habitual en Aragón. De hecho, uno de cada tres pisos que se compran actualmente en la comunidad ya se paga a tocateja, un porcentaje impensable hace solo cinco años. Con todo, Aragón aún tiene camino por recorrer en este sentido, ya que en otras comunidades más de la mitad de los inmuebles se abonan al contado.

«Ahora solo el 68% de los compradores recurren a una hipoteca, lo que supone el mínimo histórico en Aragón», destacó ayer el director del grupo de análisis del mercado inmobiliario de la Universidad de Zaragoza (Gamerin), Luis Fabra, durante la presentación del informe del cuarto trimestre del 2018.

El incremento de esta tendencia no ha dejado de crecer en los últimos años en Aragón y contrasta con la época previa a la crisis, donde la práctica totalidad de compradores recurría a un crédito hipotecario para adquirir su vivienda. Las causas de este cambio de tendencia son varias, como apuntó Fabra. Por un lado, el regreso al sector de los inversores, que saben que comprar para después alquilar puede generar una mayor rentabilidad que los fondos o depósitos bancarios, está provocando que cada vez más operaciones se cierren al contado. «Además, aún queda parte de esa demanda embalsada de quienes no compraron durante la crisis y que han podido ahorrar en este tiempo sin tener que recurrir ahora a una hipoteca», explicó Fabra, que apuntó que este cambio de tendencia es «sano» para el crecimiento del sector.

MÁS HIPOTECAS A TIPO FIJO

Lo que tampoco deja de crecer en Aragón es el número de hipotecados que apuesta por un crédito de tipo fijo. Ya suponen el 32% del total, cuando hasta el 2014 nunca habían representado más del 5%. En la comunidad, la hipoteca media se sitúa en los 96.598 euros, a un tipo de interés del 2,20% y una duración de 22 años y cinco meses.

Los expertos también observan un cambio de tendencia en el ritmo de compraventas en la comunidad. De hecho, el informe, que puede consultarse en miaragon.es, destaca que la venta de vivienda cayó un 0,13% entre el tercer y el cuarto trimestre del 2018. «El primer semestre fue excepcional, pero el segundo no ha podido mantener ese ritmo de crecimiento», explicó Fabra, que estimó que el mercado se encamina a un periodo de estabilidad. «Nos moveremos en el entorno de las 13.000 compraventas al año», dijo Fabra. Una cifra muy alejada de los 26.000 pisos que se vendieron en Aragón en el 2006.

Con todo, la venta de vivienda creció un 11% en el 2018 en la comunidad, arrojando el mejor dato desde el año 2008.