Un terremoto que alcanzó los 3,8 grados en la escala de Richter registrado en la estación sismológica francesa de La Mongie en el Pirineo se hizo sentir en algunos puntos de la provincia de Huesca. Según informó el Instituto Geográfico Nacional en su página web, el movimiento se produjo a las 21.06 horas del pasado sábado a una profundidad de 11 kilómetros.

Las localidades pirenaicas de la comarca del Sobrarbe en las que se sintió más, con una intensidad III, fueron Bielsa, Lafortunada y San Juan de Plan. Aunque el movimiento se trasladó a estos municipios de la provincia oscense, los efectos de este tipo de temblores no fueron percibidos por la población, tal y como señaló el alcalde de Fiscal, Manuel Larrosa, quien reconoció que los vecinos de la localidad se vieron sorprendidos cuando escucharon en los medios de comunicación que se había producido un movimiento de tierras y que, según el Instituto Geográfico Nacional, se había hecho notar en municipios como el suyo. Por supuesto, tampoco hubo consecuencias materiales en edificios e infraestructuras de la zona.

EL ÚLTIMO / En agosto sí hubo un terremoto que se sintió especialmente. Fue en Corbalán, con una magnitud del 3,6 grados en la escala de Richter. En aquel momento, el teniente de alcalde de Corbalán, Jesús González, explicó que su hijo, de 14 años, se despertó asustado por el ruido, «como de un trueno», y por el temblor de la casa, si bien otros miembros de la familia que también dormían, no percibieron nada.

En esta ocasión, se sintió por la escasa profundidad en la que se produjo el seísmo. Mensualmente se registran en la Península entre 10 y 15 movimientos de tierra similares. Los daños en edificios comienzan a producirse a partir de magnitudes de 4,1 o 4,2, según el Instituto Geográfico Nacional.