El Congreso Mundial de Turismo Rural Sostenible, que organizan ADEA y el Gobierno de Aragón, concluyó ayer su primera edición, tras dos días en los que se ha situado a Teruel y a Mora de Rubielos en el mapa internacional del turismo rural. El éxito de la convocatoria y que Aragón es una potencia en este sector económico ha llevado a fijar la segunda edición de este encuentro en la localidad oscense de Aínsa. La provincia turolense aprovechó la oportunidad de acoger el simposio y vendió su modelo de turismo de interior.

La secretaria de Estado de Turismo del Gobierno de España, Isabel María Oliver, fue la encargada de cerrar este congreso, destacando la importancia de este sector «porque conjuga una serie de cuestiones que lo hacen muy interesante como dinamizador económico y social para las zonas, el paisaje o la historia».

Es por ello que, a pesar de afirmar que «hay un trasvase de población desde los núcleos urbanos hacia la ciudad, hay una cada vez mayor cantidad de turista urbanita que busca la paz y tranquilidad del turismo rural para huir del estrés». «Es ahí donde tenemos que aprovecharnos para conseguir dar a conocer este tipo de enclaves turísticos», incidió.

Desde ADEA, su presidente, Salvador Arenere, resaltó la «necesario que las instituciones públicas y privadas hagan una apuesta firme por la modernización y mejora de las infraestructuras, al objeto de mejorar la accesibilidad». En el congreso participaron agentes de países como China o Israel».