La investigación sobre el incidente tuvo un posible gran avance con el testimonio de un joven de Mainar, que declaró ante la Guardia Civil inicialmente que un amigo suyo --al parecer, Marius-- le había llamado para que le fuera a buscar a Bea, donde recogió a su conocido y a Franco y donde apareció el coche, cerrado y limpio de huellas dactilares por dentro. Sin embargo, en una segunda versión entregada en el juzgado por escrito el joven se desdijo, y eso es lo que mantuvo ante el juez en Calamocha. Los guardias civiles no han podido asegurar al 100% --viéndole la coronilla o la cara en el retrovisor--, si se trataba de Francis Franco.