Un testigo protegido que aparece reseñado en las diligencias como Trébol 1 dirigió al Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza) de la Guardia Civil hacia el sospechoso de haber cometido el expolio. Los investigadores descubrieron en una red social una fotografía de esa persona, residente en un municipio del Aranda, con un casco similar a los de origen celtíbero que en su día habían sido subastados por la galería muniquesa Hermann Historica. Al ser interrogado declaró que la imagen había sido tomada en la casa del único imputado en las diligencias. Este explicó a los agentes que se lo había regalado a otra persona hace varios años y les aseguró que no se trataba de un casco celtíbero, sino que había sido confeccionado por un herrero amigo suyo con unas piezas metálicas que él había encontrado en sus paseos por el monte. Sostuvo que la fotografía había sido tomada hace veinte años.