Los testigos discreparon ayer, en el juicio por el supuesto delito urbanístico de La Herradura de Caspe, sobre la protección que tenía o no tenía este paraje del embalse de Mequinenza donde hace 10 años se construyó una central hortofrutícola. La exarquitecta municipal Trinidad Lapuerta testificó que era «notorio» que se trataba de un lugar «con «protección especial». Alfredo Legaz, de Medio Ambiente, aseguró que era zona de especial protección de aves, mientras que el ingeniero agrónomo Rosendo Castillo afirmó que

«era suelo rústico con una figura muy genérica de protección». Tres socios de la empresa La Herradura, SL, dueña de la nave, manifestaron que desconocían que estuviera protegido. Y Sagarra de Moor, exalcalde y denunciante por Compromiso de Caspe, dijo que el ayuntamiento actuó ilegalmente por connivencias políticas dentro del PSOE.