Todas las estaciones de esquí aragonesas, tanto las cinco del Pirineo de Huesca como las dos de las sierras turolenses, abrirán sus puertas este fin de semana a los aficionados al deporte blanco, con más de cien kilómetros de pistas en total y espesores de nieve que oscilan entre los 10 y los 60 centímetros.

En el Pirineo de Huesca ya están abiertas las estaciones del valle de Aragón, las de Astún y Candanchú, y mañana lo harán las del grupo Aramón, las de Formigal, Panticosa y Cerler, que ya abrió el pasado puente de la Constitución durante los días festivos.

Las nevadas registradas a lo largo de los últimos días y el intenso frío reinante ha favorecido que las pistas pirenaicas puedan disponer de abundante nieve polvo, ideal para la práctica del esquí alpino.

Astún ofrece 9 remontes, 19 pistas y 20 kilómetros esquiables; Candanchú 16 remontes, 17 pistas y 10 kilómetros; Formigal-Panticosa 9 remontes, 14 pistas y 18 kilómetros, y Cerler 12 remontes, 31 pistas y 33 kilómetros, con espesores en la zona alta de esta última estación de casi dos metros.

Las estaciones turolenses de Javalambre y Valdelinares ofrecerán entre ambas un total de 13 kilómetros esquiables, con espesores en sus pistas de 15 a 40 centímetros.

A esta oferta se suma la de esquí de fondo realizada en Candanchú, con 7,5 kilómetros de circuito, y en los Llanos del Hospital, con 10 kilómetros en funcionamiento desde el pasado fin de semana.