Hay quien lo ha llevado con más sigilo, diríase vergüenza o preocupación, según y cuándo llegara la noticia del positivo. El gabinete de Jorge Azcón lo hizo público bien pronto el martes a media tarde, casi al mismo tiempo que el alcalde lo escribía en su cuenta de Twitter con naturalidad: «Os cuento que he dado positivo por coronavirus. Esta tarde me han confirmado el resultado de la PCR y voy a permanecer confinado con mi familia durante 10 días. Estoy bien y sin síntomas. Y ya me conocéis: seguiré trabajando desde casa como siempre para que Zaragoza no se pare», escribió el alcalde, al que le llovieron centenares de mensajes de ánimo.

No faltó quien se tomó la noticia con cierta sorna tras comprobar que la enfermedad del alcalde no reviste gravedad. Fue el caso de Javier Lambán. «Querido Jorge Azcón: no te imagino diez días encerrado en casa. Paciencia, rápida curación y un fuerte abrazo», le escribió el presidente del Gobierno de Aragón, que encontró una inmediata respuesta con el mismo tono jocoso: «La verdad es que yo tampoco me veo (encerrado en casa), ¡pero no queda otra!», contestó el alcalde añadiendo el conocido emoticono con lágrimas de alegría.

Ahí empezó el principio del rastreo que cambia la vida del ayuntamiento por unos días. Vaya por delante que no hay confesión alguna de malestar físico, por lo que desde el Gobierno PP-Cs repiten que no van a dejar de trabajar desde sus domicilios. A falta de que el paso de los días diga otra cosa, este miércoles se han realizado pruebas de una forma masiva a alrededor de 40 personas, que son las que más habitualmente están en contacto con Azcón en el ayuntamiento. Es decir, su gabinete, los concejales, los escoltas, los ujieres o los responsables de comunicación. Todos ellos están libres del virus por el momento.

Cuentan a su lado que un escalofrío premonitorio le llevó a pedir una prueba por precaución. La primera, la de antígenos, salió negativa. Desconfió. La PCR dijo lo contrario y el alcalde de Zaragoza quedó inmediatamente confinado en su domicilio durante 10 días, a la espera de que un nuevo test confirme que puede reincorporarse a sus obligaciones al frente de la ciudad. «No va a venir, pero va a trabajar», explican los más cercanos, que también han quedado recluidos.

«Siguiendo las instrucciones del servicio de Prevención y Salud del Ayuntamiento de Zaragoza, el personal que ha estado en contacto con el alcalde (incluidos los concejales del Gobierno de Zaragoza), permanecerá en sus casas por precaución hasta el lunes. El trabajo y las diferentes reuniones previstas para los próximos días se realizarán de forma telemática», informó en una nota el consistorio, que de momento mantiene la convocatoria de las comisiones previstas para la próxima semana, así como las reuniones de estos días, que se llevarán a cabo de manera telemática.

Es decir, el contratiempo no interrumpe el trabajo, más allá de que no se pueda realizar de manera presencial. «Trastoca la filosofía del alcalde, pero cumplirá con los protocolos y estará en casa hasta que haga falta», explican desde su equipo, conscientes de que se moderará la habitual agenda cargada de Azcón, que suele tener dos o tres actos al día fuera del ayuntamiento, además de las convocatorias, las ruedas de prensa o los encuentros que pueda tener en el consistorio, todo según los días. «Le gusta estar en la calle, ver los problemas, hablar con todo el mundo. Ahora seguiremos trabajando pero de otra manera», aseguran.

Del mismo modo lo conocen enfrente. Lola Ranera, jefa de la oposición, le deseó una pronta recuperación al alcalde y a su familia, «aunque poco está por casa», bromeó la socialista, que incidió en que «ojalá el positivo sea pronto negativo» y recordó que en el grupo municipal del PSOE ya hubo un confinamiento general tras el positivo de un concejal. «Todos dimos negativo», afirmó. La historia se ha repetido en el PP. A Azcón le toca encerrarse en casa diez días, pero asegura que no piensa dejar de trabajar. El alcalde es el único positivo.