No fue un comienzo de escolarización cualquiera. El primer día habilitado para la recogida y entrega de solicitudes para elegir colegio para los más de 11.000 niños de 3 años que comenzarán la escuela el próximo mes de septiembre fue diferente, sobre todo, en la docena de centros concertados que han logrado mantener su oferta de plazas gracias a la suspensión cautelar decretada por los jueces del cierre de aulas que había establecido la Administración. Todos ellos acentuaron ayer el esfuerzo que llevan días realizando para transmitir a las familias un mensaje de tranquilidad. La mayoría asegura haber conseguido su objetivo. Otros, los menos, admiten que el miedo a perder la plaza escolar persiste en algunos padres.

«Las familias han seguido la actualidad y están muy informados. Había inquietud y existían dudas de que el procedimiento jurídico dote de provisionalidad a la cautelar. Tratamos de ahuyentar ese miedo añadido existente este curso y trasladarles que hemos logrado salir con las mismas cuatro vías y que el alumno que entre ya no saldrá ni perderá su plaza», indicó la directora del Sagrado Corazón de Jesús, Teresa Marquínez.

El centro, uno de los doce en los que se ha aplicado la cautelar, vivió el primer día de admisión con la seguridad que otorga la gran afluencia de familias que han acudido a las jornadas de puertas abiertas programadas para conocer el centro. «Hemos tenido que diseñar más ante la gran afluencia. Todos los años se hacen seis y este se han llevado a cabo ocho».

El «goteo» de peticiones fue la nota predominante en todos los centros, tanto públicos como concertados. También en Jesuitas, uno de los concertados con más demanda. Allí, la tranquilidad fue la nota predominante a pesar de la convulsión de los últimos días. «Quizá este año las familias se vayan a dar un poco más de prisa ante todo lo acontecido», opinó su director Andrés García Inda, que resaltó la «normalidad» de los primeros pasos del proceso. «Hemos tenido muchas consultas, pero los padres están tranquilos».

Tampoco en Cristo Rey se detectó una especial preocupación en las familias. Su equipo directivo también destacó la «tranquilidad» tras la tormenta. «Siempre trasladamos a los padres nuestro convencimiento de que la supresión de aulas no iba a salir adelante. Por eso, no hemos percibido miedo en las familias», indicaron desde el equipo directivo.

Por su parte, Educación, a través del director general de Planificación, Ricardo Almalé, y la directora provincial, Isabel Arbués, también se esforzó en mandar un mensaje de tranquilidad a las familias. «No tienen nada de qué preocuparse. Sus hijos tendrán garantizada una plaza en un centro sostenido con fondos públicos de su zona», aseveraron.