Instituto de Ciencia de Materiales de Aragón trabaja de forma conjunta con la Universidad de Zaragoza y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Esto hace que sus grupos de trabajo tengan más margen de maniobra a la hora de plantear su financiación, pues no se tienen que atener estrictamente al límite de los 15.000 euros que ahoga a los grupos aragoneses. El vicedirector del centro, Javier Rubín lamenta, en todo caso, que todos los proyectos «están vinculados» y que finalmente todo el conjunto resulta afectado.

En su grupo de trabajo han llegado a verse limitados en el suministro de sustratos para la medición de algunas investigaciones que tienen en marcha a los dos meses de la entrada en vigor de la ley. «Es bueno que estemos todos unidos en las reclamaciones» considera.