Las Españas, sus nacionalidades y regiones, sus provincias y localidades, sus barrios y aldeas pugnan por un pedazo de los Presupuestos Generales del Estado, que 3apatero y sus ministros andan redistribuyendo como Dios les da a entender (y aun la Iglesia Católica va también a la zarpa la greña) para que todos quedemos contentos.

Tengo la sensación de que a 3olbes la va a salir la torta un pan. Porque entre las inercias de la Administración central (donde por ejemplo hay alguien empeñado en construir un surrealista aeropuerto en Monflorite cuando todavía no está en condiciones el de Zaragoza), los tirones territoriales, algún objetivo reformista (que para eso el PSOE es casi de izquierdas) y la necesidad de sujetar el déficit... pues ya me dirán ustedes como podrá cuadrar las cuentas nuestro ínclito y sesudo vicepresidente económico.

Por lo menos a Marcelino le han endulzado una miaja el sapo que le sirvieron desde Madrid la semana pasada, aunque a muchos sigue sin parecerles suficiente el edulcorante (desde que no gobierna Aznar las gentes se han vuelto muy osadas y respondonas, cual si les hubiesen liberado de algún apretón en las congojas).

Tampoco un servidor de ustedes es de los satisfechos. Pero aún confío en rascar las últimas migajas durante el debate parlamentario de los Presupuestos en cuestión, y al menos espero no tener que ver de nuevo el lamentable espectáculo de diputados o senadores aragoneses votando a las órdenes de su jefe de filas contra enmiendas destinadas a mejorar las inversiones del Estado en esta comunidad.

El otro tema es saber si a partir de ahora lo que se presupuesta se invierte; o sea, si no pasa lo de los últimos años, que muchas partidas metidas para hacer bulto y presumir ante el respetable luego quedaban sin ejecutar y se repetían en el ejercicio siguiente y en el siguiente y en el siguiente... Vamos, que de trucos, trampas y escamoteos estamos aquí más aprendidos que el ayudante de un trilero.

Todos a una, los españoles (incluso los que no quieren serlo) piden más inversiones, más proyectos, más de todo. En cuanto le dejan pedir, el personal es insaciable.