La renuncia de los cinco concejales del partido Compromiso por Caspe a sus respectivas delegaciones en el ayuntamiento caspolino ha originado cierta incertidumbre entre la población bajoaragonesa, donde gobierna el PSOE (Teresa Francín) en coalición con CHA y PAR.

La primera teniente de alcalde, María Prado Murillo (CHA), explicó que esta renuncia altera la composición del ayuntamiento, ya que "sus delegaciones tendrán que distribuirse entre los concejales del equipo de Gobierno". La marcha del CPC fue valorada por Murillo de forma muy negativa, puesto que en su opinión implica la vuelta "a las charlotadas y a los torneos", en referencia al ambiente de crispación que puede acarrear entre los ciudadanos.

Murillo destacó que los concejales del CPC habían hecho una buena labor en áreas como Tráfico o Agricultura, aunque lamentó que, bajo su punto de vista, "no se ha hecho nada en el tema de las energías alternativas", materia sobre la cual, Javier Sagarra, portavoz del Compromiso por Caspe, era el concejal delegado.

Sobre lo acontecido en la sesión plenaria del 29 de abril, en la cual el CPC pidió la retirada de los puntos del orden del día al considerar ilegal la convocatoria --ya que debe convocarse con 48 horas de antelación, mientras que se convocó el día de antes--, Murillo lo atribuyó "a una rabieta del señor Sagarra". No obstante, y ante la opción de que el caso acabe en los juzgados, la concejal de CHA sostiene que "a Chunta Aragonesista no nos da miedo este tema y además nos parece mal judicializar continuamente la vida política".

En cuanto a las declaraciones realizadas desde del grupo CPC, Murillo aseguró que "es difícil prosperar si vamos diciendo que Caspe es el pueblo más degradado de España". Por último, la concejal de CHA y teniente alcalde del consistorio caspolino, explicó que el municipio tiene temas más importantes en juego, como la piscina climatizada que está cerca de su apertura --tras cinco años de polémicas obras--, el PGOU y las actuaciones para el acondicionamiento del Mar de Aragón.