El toro que anteayer por la mañana se escapó, con otros tres astados, del encierro andando de Novallas, continuaba ayer sin poder ser apresado, oculto en un maizal ubicado entre la localidad y Tarazona. Según explicaba el alcalde de Novallas, Jesús Fernández, el animal está localizado pero hasta que no salga del sembrado, no podrán abatirlo con dardos tranquilizantes con total seguridad.

El toro se había escapado del encierro, declarado fiesta de interés turístico regional hace 17 años. Parte de él se realiza sin ningún vallado y, aunque no es frecuente, no era la primera vez que se producían fugas de animales. En esta ocasión fueron cuatro, uno de los cuales llegó a la cercana localidad navarra de Cascante, donde fue abatido con tranquilizantes. La misma suerte corrió en Novallas otro de ellos, mientras un tercero pudo ser reconducido al corral por el propio ganadero.

En el municipio aragonés no hubo heridos en la fuga, aunque en Navarra un hombre lo fue, de carácter leve, al caer por un terraplén mientras intentaba escapar del astado.