El toro de Osborne de la localidad zaragozana de Alfajarín vuelve a estar al completo después de que hayan finalizado los trabajos de restauración, que se han prorrogado durante más de siete días debido a las fuertes rachas de viento. Atrás queda más de un mes en el que la emblemática figura ha lucido sin cabeza, arrancada por las fuertes tormentas del pasado 12 de julio.

A pesar de que el toro había recibido una nueva capa de pintura pocos días antes de que fuera mutilado, se optó por tirar abajo la figura al completo y levantarla de nuevo, en unos trabajos que también se han visto condicionados por la altura de la figura, que supera los doce metros. Así, poco a poco se ha ido reimplantando la estructura en su emplazamiento hasta que ayer los operarios colocaron la cabeza del animal, dando por concluidas las obras.