La localidad de Cosuenda celebró ayer que el símbolo del pueblo, el torreón de La Lisalta, vuelve a ser de propiedad municipal tras décadas en manos privadas, y que ya tiene un proyecto de restauración que frenará siglos de deterioro.Han sido necesarias cinco décadas desde que el Arzobispado de Zaragoza vendiera el solar donde se ubica el torreón y más de 20 años desde que el Ayuntamiento de Cosuenda tratara sin éxito de adquirir la propiedad.

El detonante para que cambiara el rumbo de los acontecimientos fue una nueva venta a otro particular en el 2013, que generó la indignación en los vecinos después de que la anterior Gobierno de Aragón no hiciera uso del derecho de retracto y tanteo en favor del consistorio.

El coste estimado de la restauración rondaría los 150.000 euros, se haría en varias fases en función del presupuesto y se prevé que en dos o tres años pueda estar concluida.