El distrito de Torrero de Zaragoza recibió en la sesión de ayer la aprobación inicial a dos macroproyectos de inversión en sus inmediaciones, algo inusual que tiene una aceptación desigual entre sus vecinos. Porque si la reconversión de los depósitos de Pignatelli le benefician por la proximidad, aunque esta pertenecerá oficialmente al de Universidad, la transformación del antiguo colegio de Lestonnac en un supermercado se localiza en el corazón del barrio.

Lo que pasa es que este proyecto, que salió aprobado con los votos del PP, PSOE y Ciudadanos (C’s) genera controversia entre los residentes y no cuenta con el beneplácito del Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC), que ayer remarcó su rechazo y advirtió que, aparte de la afección que tendrá en el pequeño comercio, «generará problemas en el tráfico» que ahora no se dan.

Así lo avisó el responsable de Urbanismo del consistorio, Pablo Muñoz, criticado por lo «inaudito» de impulsar un expediente con el que está en contra, pero que expuso que supondrá la cesión de un suelo al consistorio y el compromiso del propietario, el colegio Montessori, de asumir la demolición, la urbanización y la construcción de una conexión con el tercer cinturón que, para el edil, será el origen de esos problemas en la circulación. Solo CHA le apoyó.

Solo se debatía la aprobación inicial de una modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que permitirá dar un uso terciario a un equipamiento educativo que lleva años en desuso porque, después de comprarlo, la DGA dejó a su dueño en el 2013 sin la concertación de plazas prometida. «Están dando solución a un particular», recriminó Muñoz.

Casañal, de C’s, defendió que su apoyo era de «sentido común» porque creará nuevos servicios. Lola Ranera, del PSOE, achacó la actitud de ZeC a los «complejos» con el «gran urbanismo». Y Pedro Navarro, del PP, lamentó los «dos años y medio de retraso» en llevar a pleno el expediente.