El cambio en la dirección del hospital Militar de Zaragoza, cargo que ostenta desde hace unas semanas la coronel médico Ana Betegón, genera «mucha preocupación» entre el personal del centro porque «se desconocen» las directrices con las que Betegón llega desde Madrid. «El hospital vive una situación complicada y nadie conoce qué instrucciones tiene. Viene a sustituir a una persona que ha sido cesada por defender al hospital y a sus trabajadores... La situación es mala», confesó ayer a este diario un trabajador del centro.

La llegada de Betegón, que tomó posesión del cargo la semana pasada, se produce en un momento de «desconocimiento» para los trabajadores. «La información y el contacto con el personal siempre ha sido deficitaria, nunca se ha transmitido mucho, así que no creo que si tiene alguna orden nos la vaya a contar», añadía un empleado.

«La conocemos, es una buena profesional, pero llega en un momento complicado donde José María Abad, que defendió a los trabajadores, lo han echado. Si hay más despidos y falta de medios, tememos por la supervivencia del hospital», añadió.

La llegada de Betegón, que tomó posesión el jueves pasado en un acto donde no se dejó acceder a la prensa pese al interés de varios medios, coincidió con un «colapso» del sistema informático en el hospital. Ante la situación, Betegón, según fuentes del personal, optó por suspender hasta 300 consultas y citaciones de manera «radical», con el fin de no alargar la situación de descontrol.

PROBLEMA INFORMÁTICO

La coronel, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y con una dilatada trayectoria en misiones como responsable médico en misiones militares en Afganistán, intentó atajar así un problema «que viene de lejos» y que «se intuía» cuando se comunicó la integración del programa informático de Defensa con el del Salud.

«Nos enseñaron a pocas personas, unas cuantas horas unos días, y eso estaba claro que iba a ser insuficiente», apuntaba una trabajadora a este diario. «Ha sido un cambio brusco de un día para otro, sin aportarnos personal y una formación progresiva. El sistema ha colapsado», explicó un empleado.

Además, el problema no parece estar solo en las citaciones, sino que en el archivo central también «falta gente» y gestionar toda la información es difícil. «Tenemos trabajo, pero cada vez menos personas y medios. El Ministerio de Defensa no termina de apoyarnos y desde el Salud no acaban de decidirse. Cada uno mira por su interés», reiteró el personal.

Por su parte, fuentes del Departamento de Sanidad apuntaron que «cuanto antes» se podrán volver a reprogramar las 300 citaciones que se han tenido que suspender y ofrecieron su «colaboración máxima» al Militar.