La pandemia ha retado a la política en tiempos de polarización, desafección y discursos tan encendidos como nada edificantes. Como saben, en algunos lugares la cosa ha ido con más fortuna que en otros, y puedo decirles que en Aragón hemos vivido esta crisis en un escenario donde la rivalidad de argumentos y la competencia de ideales no ha dado al traste con la imperiosa necesidad de encontrar salidas a lo vivido por la pandemia. La historia aragonesa es insistente con los servidores de lo público, debemos señalar lo común y no la diferencia. Que somos tierra de pactos, no es ningún tópico, ni una frase hecha, es un compromiso real de las fuerzas representadas en el Parlamento.

Han sido tiempos muy difíciles. Desde las Cortes de Aragón nos unimos al dolor por los fallecidos y al de sus familiares; porque al enorme impacto de una pérdida, se ha unido el drama de no poder despedirlos. Vaya toda nuestra solidaridad y apoyo, también, para los que están sufriendo de cerca la enfermedad. Ejemplarizante ha sido el sobresfuerzo de quienes han demostrado lo que somos capaces de hacer cuando encaramos con fuerza y unión los problemas. La lista es larga, especialmente en las llamadas actividades esenciales. Como ejemplarizante ha sido la actitud de las personas que contuvieron los contagios en casa, confinados.

La sociedad nos ha dado motivos de sobra para que los políticos permanezcamos unidos en el frente común de resolver el presente que garantice un futuro. Si durante estos tres meses no hemos dejado de preguntarnos cómo será nuestra sociedad después de la pandemia, puedo asegurarles que en Aragón hay un trabajo hecho para que todas las fuerzas políticas vayan en la misma dirección; aunque eso no nos librará de tensiones en los debates que están por venir. Por eso, desde el inicio del Estado de Alarma, la prioridad de este parlamento ha sido mantener la actividad y garantizar espacios, aunque fuesen telemáticos, de debate, de crítica, de propuestas y también de acuerdos para que los servidores de la ciudadanía dialogaran sobre cómo afrontar lo que se nos viene encima. Esto no habría sido posible, por cierto, sin el enorme trabajo y compromiso, por parte de todos y cada uno de los trabajadores del Parlamento, a los que aprovecho para agradecer profundamente.

Así, las comisiones parlamentarias se colaron en casa de los diputados, desde donde intervinieron en los debates. Hasta 46 comisiones se han desarrollado telemática o presencialmente dedicadas a la covid-19. Los plenos se han realizado en formato reducido, con 24 diputados en el hemiciclo, como medida de prevención ante los contagios, y solo uno ha debido ser aplazado. En las primeras semanas de la epidemia, los portavoces de los grupos parlamentarios mantuvieron encuentros con el presidente Lambán y varios consejeros del Gobierno de Aragón para intercambiar información sobre la crisis sanitaria. Como balance general, las Cortes de Aragón han tramitado 241 iniciativas. De ellas, 87 han sido comparecencias de los consejeros del gobierno o directores generales, tanto en las comisiones, como las once que se han llevado a cabo en el Pleno, en las que se ha intercambiado información fundamental sobre la evolución de la pandemia y sus consecuencias. Puedo decir con orgullo que hemos sido uno de los parlamentos más activos del país.

Y en medio de todo esto llegó el Día de Aragón, cuya edición de este año recordaremos, como casi todo, por ser las más atípica y extraña de todas cuantas se han celebrado en la Aljafería. Sin embargo, de la jornada inédita en nuestro historial de celebraciones, buscamos la oportunidad para decirle a la sociedad aragonesa, a través de una Declaración Institucional, que todos los grupos representados en las Cortes se comprometían para trabajar en soluciones ante la crisis económica y social que llegan ahora como consecuencia de la pandemia, sin dejar a nadie atrás. En ello estamos ahora. Ojalá el entendimiento perentorio nos sirva como ejemplo para que la política no se detenga en escenarios que no le convienen y donde no resuelve lo esencial, las necesidades de los aragoneses.

Quiero terminar de enmarcar este aniversario del inicio del Estado de Alarma compartiendo con los lectores la mejor metáfora posible, para los que trabajamos en la Aljafería, sobre nuestra deseada vuelta a la normalidad. Y es el anuncio de la reapertura del edificio para visitas turísticas desde este lunes, 15 de junio. Los turistas podrán disfrutar de él de manera gratuita hasta final de agosto. En nuestra vocación de favorecer encuentros, las Cortes están deseando que la ciudadanía venga a la que es su casa y la de todos los aragoneses. Con esta iniciativa deseamos también favorecer al sector turístico y hostelero con una rápida y sólida recuperación. En definitiva, la reapertura del palacio es la mejor excusa para que nos volvamos a ver y, espero que dentro de no mucho, abrazar.