La Inspección de Trabajo de Zaragoza considera que la empresa que gestiona el servicio del autobús urbano de Zaragoza, Avanza, no adoptó las medidas necesarias en materia de primeros auxilios y asistencia médica de urgencia en el caso del conductor que falleció el pasado 3 de octubre tras manifestar que tenía dolores en el pecho y solicitar el relevo en el servicio. Además de poner en cuestión las explicaciones de la contrata, considera que una empresa de esta envergadura debería tener un protocolo de actuación. El operario acudió por iniciativa propia y sin acompañamiento al hospital Provincial, donde falleció. La empresa recurrirá.

Según concluye el organismo de control, la empresa cometió una infracción en materia de prevención de riesgos «al no relevar de forma inmediata al trabajador y haber adoptado las medidas pertinentes» para que recibiese cuanto antes asistencia médica, motivo por el que le impone una sanción de 12.000 euros, además de otros 2.046 por el retraso en aportar la documentación requerida.

Los hechos se produjeron el pasado 3 de octubre del 2019, cuando el operario de la línea 23 avisó a través de la fonía del bus al Centro de Gestión de Avanza de que se encontraba «fatal», de que «tenía un dolor tremendo en el pecho» y de que no sabía si iba a poder seguir con el servicio.

Según consta en el informe y tras escuchar las grabaciones, el trabajador recibió órdenes diferentes desde plaza Aragón y desde el centro de gestión: por un lado que se trasladara sin pasajeros hasta cocheras, donde se encuentra el servicio médico -que esta tarde estaba ausente- y por el otro al paseo Pamplona, para ser sustituido. Además, durante las conversaciones se produjeron interferencias y reiterados fallos técnicos, lo que dificultó la comunicación y generó una «gran confusión en el trabajador».

SITUACIÓN / En el paseo Pamplona, el inspector que acudió finalmente encontró al conductor «sentado en uno de los asientos del pasaje (detrás del puesto de conductor), con los brazos apoyados en el respaldo del asiento de delante, con la cabeza entre ellos». No había apagado el motor del vehículo y dijo -según el informe- que «no se encontraba bien y que tenía escalofríos». Según la declaración del inspector, el chófer desapareció mientras él apagaba el motor.

Para Inspección, el hecho de que «el operario no se ocupase de apagar el autobús ni las luces son indicios razonables de la posible gravedad de la situación física del trabajador, que hubiese requerido una mayor intervención que simplemente dejarlo ir solo y andando a un centro hospitalario».

El conductor enfermo se trasladó a la plaza Aragón manifestando que la mutua se encontraba cerrada. Aquí estuvo «no más de tres o cinco minutos» y volvió a decir que «sentía presión en el pecho» por lo que había decidido ir al hospital Provincial, donde se presentó con una parada cardiorespiratoria y falleció tras serle practicadas maniobras de reanimación durante 25 minutos sin éxito. El hospital no avisó a los familiares.

El consistorio abre un proceso de penalidades por un posible incumplimiento de los pliegos

El Ayuntamiento de Zaragoza, a través de los servicios jurídicos, va a incoar un «procedimiento de penalidades» por presunto incumplimiento del pliego de condiciones en el ámbito de la prevención de riesgos laborales. Lo hará después de que Inspección de Trabajo haya considerado que Avanza incumplió el plan de prevención de riesgos al carecer de un protocolo de actuación en caso de emergencia y que derivó en el fallecimiento de un conductor el pasado mes de octubre. La contrata municipal , que no quiso hacer declaraciones, puede presentar alegaciones al informes emitido por Inspección de Trabajo.