El cierre de empresa zaragozana Oion Business Support, que está en concurso de acreedores y dejará en la calle de 140 trabajadores, ha dado un giro. La Inspección de Trabajo ha levantado dos actos de liquidación por haber encuadrado a la plantilla en el convenio colectivo que no le correspondía —el de gestorías en lugar del de oficinas y despachos— y reclama por ello a la compañía el abono de los 410.000 euros por la diferencia de cuotas a la Seguridad Social, incluido un recargo del 20% por el retraso, según aseguran fuentes de CSIF y CCOO. Al haberse declarado insolvente, la autoridad laboral ha señalado como responsable solidario al conocido despacho de abogaos Arriaga Asociados, para el que trabajaba en exclusiva esta firma en la gestión administrativa y documental de las demandas por cláusulas suelo.

Estas vinculación avala la tesis mantenida por el comité de empresa y los sindicatos, que reclaman que se reconozca la relación laboral y comercial del bufete madrileño con su «filial» zaragozana ante las múltiples pruebas que existen. Por ello, exigen a Arriaga que se haga cargo de las indemnizaciones y los finiquitos del despido colectivo que se está negociando.

Aunque oficialmente no han trascendido los motivos que han llevado a esta situación limite, fuentes de la plantilla lo atribuyen a desavenencias entre los dos hermanos que están al frente de ambos negocios. El fundador y administrador único de Oion es Miguel Ángel Ruiz de Arriaga, ingeniero de formación y hermano de Jesús María Ruiz de Arriaga, impulsor del Arriaga Asociados y conocido por aparecer en sus anuncios publicitarios.

Movilizaciones de la plantilla

Este jueves tuvo lugar la tercera reunión del ere de extinción de la plantilla previo al cierre y disolución de la empresa. En el encuentro participó un representante de Arriaga por indicación de la administración concursal, que ha seguido el criterio marcado por la autoridad laboral en sus actas de liquidación. Según los sindicatos, este se desentendió de Oion y dijo que participaba en la negociación en calidad de invitado, aunque trasladará a su compañía las demandas expuestas.

Ante esta situación. los sindicatos han convocado a toda plantilla a una concentración de protesta el próximo día 1 de febrero, a las 16.30 horas, a las puertas de la oficinas que Arriaga tiene en la avenida Cesáreo Alierta de Zaragoza cumpliendo la distancia de seguridad y con el uso de mascarillas.

Oion carece de dinero para hacer frente a las indemnizaciones, por lo que, si nada cambia, los despedidos deberán de recurrir al erario público a través del Fondo de Garantía Social, cuya cobertura indemnizatoria es la misma. No obstante, en las cuentas de la empresa está reconocida una deuda de 113.000 euros que le debe Arriaga por trabajos realizados.

«Nos consideramos trabajadores de Arriaga, que debe hacerse cargo de los despidos y evitar ir al Fogasa», remarcó Maribel Estudillo, representante de CSIF en el comité de Oion, que instó al despacho de abogados a negociar una salida a esta situación o, en caso contrario, que se investigue su responsabilidad en la quiebra de Oion. Este sindicato ha planteado una indemnización de 33 días por año trabajado.

«Arriaga era quien subcontrataba el trabajo y no solo dejó de pasarlo sino que además le debe dinero», apuntó Marta Laiglesia, secretario de la federación de Servicios de CCOO Aragón, quien consideró además que existen «dudas» de si se trata de una deslocalización. «Y qué ocurre con el grupo de empresas de la familia Arriaga. ¿Algunas de ellas se va a hacer cargo de las indemnizaciones?, se preguntó.

Posible despatrimonialización

Desde CSIF van más allá y aseguran que existen indicios sólidos e que se ha podido producir una despatrimonialización de Oion Business con la intención de no hacerse cargo a sus obligaciones económicas. A ello apunta, según fuentes de la central sindical, el reparto de beneficios entre los socios de la sociedad en pleno declive, las salidas de fondos de la empresa en plena aplicación del erte --cuando carecía de actividad--, así como la desaparición el pasado verano de material mobiliario e informático en sus oficinas.

El ascenso y caída de Oion ha sido igual de acelerado. Al calor del boom de las demandas hipotecarias, inicio su actividad a principios del 2017 con 150 trabajadores y una gran oficina en la avenida Cesáreo Alierta, junto al hotel Bostón. La empresa trabajaba en exclusiva para el mediático bufete madrileño, conocido por sus anuncios con el futbolista Iker Casillas, llegó a ocupar tres plantas y a alcanzar picos de 1.100 empleados en el 2018, cuando los gastos hipotecarios y las cláusulas suelo impulsaron con fuerza las reclamaciones judiciales. En ese año, logró más de un millón de euros de beneficios.

Con el descenso de los pleitos, esta firma de servicios fue reduciendo su estructura, pero fue tras el verano del 2019 —cuando empleaba a 250 personas— el declive se agudizó porque Arriaga empezó a dejar de externalizarle el trabajo documental y administrativo. En paralelo, se limitó a los trabajadores de Oion el uso del programa informático que utilizan ambas empresas para la gestión de las demandas.

Al inicio de la pandemia ya solo quedaban 144 trabajadores, que desde entonces han estado en un erte de fuerza mayor, a excepción de cuatro o cinco personas. Oion presentó un ere en septiembre para 20 personas pero no llegó a ejecutarse y poco después se declaró en concurso de acreedores, que acabará con la disolución de la sociedad.