FICHA

Un total de 58 figuras dispuestas en diferentes espacios a lo largo de un recorrido de 100 metros conforman el Belén que cada año instala el Ayuntamiento de Zaragoza en la plaza del Pilar. Este enorme conjunto es el fruto del esfuerzo de un equipo de 50 personas, que consiguen innovar y sorprender en cada edición para atraer a los miles de visitantes que acuden a disfrutar del Nacimiento. Sólo en el puente de la Constitución, 54.000 personas se acercaron a ver el Belén, que estará abierto hasta el 9 de enero.

"El recorrido no es fruto de la casualidad, sino que todo está estudiado para que el conjunto se descubra como si hubiera en cada esquina una caja de sorpresas", explicaba ayer Javier Ramírez, coordinador del equipo de Zaragoza Cultural que instala este Nacimiento junto a FCC.

"Se buscan árboles adecuados a cada espacio, dependiendo de si se trata del pueblo, el portal, el zoco, los puentes o el castillo de Herodes, que es una reproducción de La Aljafería". Incluso las piezas de cerámica comparten protagonismo con otras de fibra de vidrio, "más resistentes al tiempo". Y hasta se compró un niño Jesús de repuesto, para hacer frente a los robos y al vandalismo, que el año pasado se cebó con un burro a tamaño real. Para Ramírez, "hay zonas con especial encanto como la huerta, la cascada o la noria, que este año ya gira". Precisamente el agua, o mejor dicho, la lluvia, les puso este mes de diciembre la zancadilla . "Todo el mundo se esforzó y, al final, inauguramos con sólo un día de retraso".