La banda de ocho traficantes desmantelada por la Policía Nacional en la provincia de Zaragoza tenía siete kilos de speed, además de pequeñas cantidades de otras drogas. En los cinco domicilios que ocupaban, los investigadores del Grupo II de Estupefacientes encontraron además un pequeño arsenal con tres pistolas, un silenciador, diversos elementos de protección --como chalecos antibalas y guantes-- y armas blancas, además de dinero.

Aunque la investigación continúa abierta, con estos ocho arrestados, de entre 25 y 36 años --seis de los cuales fueron enviados a prisión provisional anteayer, como adelantó EL PERIÓDICO--, la Policía da por desmantelada la banda. Así como sus cuatro puntos principales de distribución de droga, ubicados en el barrio zaragozano de Valdefierro.

ENTREGA INMINENTE De hecho, los agentes de Estupefacientes comenzaron los arrestos el pasado jueves, ante las informaciones que apuntaban a una entrega inminente de un kilo de speed que iba a ser distribuido en el citado barrio y en la cercana localidad de Zuera.

Sus investigaciones apuntaban como cabecilla de la organización a un hombre español, que convivía con su pareja y otro hombre de origen colombiano. Fue en su domicilio de Monzalbarba donde encontraron el grueso de los siete kilos de speed, almacenados en un congelador, así como el citado arsenal. Los agentes destacaron que el grupo contaba con abundante munición para las tres pistolas, perfectamente dispuestas para su uso.

SUPERMERCADO Entre los cinco registros practicados destaca también el de una vivienda en Zuera, que la Policía calificó de supermercado de la droga por la variedad de narcóticos que encontró allí. Además de speed (unos 30 gramos) encontraron 100 gramos de hachís, otros tantos de marihuana, 20 de cocaína y 325 comprimidos de éxtasis.

La operación Tertulia, como bautizó el Cuerpo Nacional de Policía a este dispositivo, se convierte en una de las mayores incautaciones de droga este año en Zaragoza. Particularmente en lo relativo al speed, un derivado de la anfetamina cuyo uso se ha popularizado en los últimos años como competencia más barata de la cocaína --20 euros el gramo frente a 60--, con similares efectos euforizantes. Pero sus efectos son aún más nocivos.