Las carreteras aragonesas se cobraron ayer dos nuevas vidas en otra jornada negra de un verano en el que el número de víctimas mortales en la red viaria de la comunidad asciende ya a 19. Aunque es más preocupante que en lo que va de año se contabilicen ya 43 fallecimientos en accidentes de tráfico, doce más que el año pasado. Las últimas dos víctimas se registraban ayer en sendas colisiones producidas cerca de Alcañiz y en el tramo sin desdoblar de la N-II, en el término de Bujaraloz.

El primero de los siniestros tuvo lugar poco antes de las nueve de la mañana, en el kilómetro 248 de la N-211, en un tramo situado entre las localidades de Alcañiz y Caspe. Por causas que se desconocen, una furgoneta chocó frontalmente con un tráiler.

El conductor del vehículo ligero, un anciano de 85 años y vecino de Alcañiz, resultó muerto en el acto tras el choque. Fue precisa la intervención de los Bomberos de la Diputación de Teruel y de Zaragoza para extraer su cuerpo de los restos de la furgoneta. El chófer del camión resultó ileso.

PASO ALTERNO

El segundo accidente mortal se produjo a las 12.25 horas en el kilómetro 385,3 de la N-II, en el término de Bujaraloz. Un turismo que iba en dirección a Barcelona colisionó de frente con un camión y su conductor perdió la vida instantáneamente, mientras que el camionero solo sufrió leves contusiones. La Guardia Civil estableció un dispositivo para facilitar el paso alterno de vehículos y evitar que se formaran retenciones a una hora a la que circulaban numerosos vehículos pesados.

Desde que empezó el verano, un total de 19 personas han muerto en las carreteras aragonesas y otras dos más en la ciudad de Zaragoza. En lo que va de septiembre, que está resultando especialmente mortífero, se han registrado ya nueve muertes.

El 1 de septiembre murió un vecino del pueblo tarraconense de Cunit al salirse de la A-2513 cuando conducía un quad, en el término de Calamocha. Al día siguiente, un anciano de 89 años perdió la vida al salirse su coche de la calzada cerca de Aínsa, y el 5 de septiembre una mujer de 26 años resultó muerta cuando el coche en el que viajaba chocó con dos camiones en la N-122, junto a Magallón.

EL PEOR DÍA

Pero el día más negro hasta la fecha fue el pasado día 6 con tres fallecimientos en un solo día. Esa jornada, un mujer de 82 años fue arrollada por un camión en Calamocha, una ciclista se despeñó por un barranco cerca del pueblo pirenaico de Fanlo y un niño de 8 años fue atropellado en la estación de servicio de Biota.

Por otro lado, el pasado día 7 murió el conductor de una furgoneta al chocar frontalmente con un camión en el kilómetro 355 de la N-II, esta vez dentro del término municipal de Pina de Ebro.

Las estadísticas muestran que se produce un número similar de víctimas respecto del año pasado. Por estas fechas, en el 2016 había habido 18 muertes en las carreteras de la comunidad aragonesa, una menos que en la actualidad.

El año pasado, el verano terminó con un balance de 22 personas muertas, una cifra que no tiene en cuenta la evolución de los heridos graves, que fueron numerosos.

CICLISTAS

En aquel periodo se produjeron numerosos accidentes en los que se vieron implicados motoristas. Especialmente grave fue el atropello de dos cicilistas que iban por el arcén en la N-330, cerca del pueblo de Botorrita.

Aquel suceso provocó manifestaciones de aficionados a la bicicleta que pidieron que se exija a los conductores de turismos el respeto de las normas de circulación y la realización de campañas para divulgar las medidas de seguridad que deben adoptarse al adelantar a ciclistas.