Uno de los dos atropellos registrados ayer en la avenida de San José, el de la esquina con la calle García Lorca, se produjo en el tramo de vía urbana considerado más peligroso para los peatones por la existencia de un carril-bus en contradirección. Esta arteria es escenario cada año de más de 30 atropellos, algunos de ellos mortales. La remodelación de la avenida, inaugurada al final del verano, parece no haber aumentado las condiciones de seguridad de los peatones, pese a la instalación de vallas protectoras entre la acera y la calzada y a la colocación de una señalización horizontal y vertical más visible. El Ayuntamiento de Zaragoza deberá estudiar la implantación de medidas de seguridad más eficaces.