Trasmoz, único pueblo considerado maldito y excomulgado por la Iglesia Católica en España, rindió ayer homenaje a la brujería y a la magia en su tradicional feria temática, instaurada desde hace 19 años.

La localidad se llenó de millares de personas que acudieron para ser testigos de aquelarres, torturas y ritos que terminaron al filo de la medianoche, con la representación de la maldición que recayó en el siglo XVI sobre el señor del lugar, sus descendientes y todo el pueblo. Un ritual insólito con el cual Trasmoz cayó en desgracia con la lectura del salmo 108 del Libro de los salmos por parte del abad del Monasterio de Veruela, que por un pleito por el uso del agua del Moncayo castigó a esta aldea, que ya de por sí era laica y no pertenecía a ninguna orden religiosa como el resto de pueblos de su alrededor.

Este año la distinción de Bruja de Honor fue para la directora de cine y guionista Elena Cid, pues rodó en la localidad una parte importante de su documental Bécquer y las brujas. La cinta narra cómo en 1864 el poeta romántico, aquejado de sus problemas de salud, se retiró al monasterio de Veruela, desde donde conoció la historia de la maldición.

Al pasacalles de las brujas se sumaron durante todo el día los espectáculos de captura de herejes, juicios, torturas, aquelarres y, para concluir, un espectáculo de luz y fuego a cargo de Os Diapels d’a Uerba.

La música en directo, un mercado esotérico, paseos a caballo, exhibiciones de cetrería, cuentacuentos, combates medievales y, como no, espectáculos de magia, completaron la jornada de magia y leyenda beneficiada por el buen tiempo.

Una de las organizadoras de esta feria, Lola Ruiz, señaló que a pesar de que el uso de las aguas fue el detonante de la maldición, la «fama de brujería» de la zona, con leyendas sobre hechiceras, agravó mucho más la situación, pues el lugar ya había sido excomulgado en el siglo XIII como castigo contra el laicismo. «El acto central es la maldición, porque es lo que nos representa, somos el único pueblo maldito del mundo», defienden al asegurar que no han podido encontrar otro lugar con la misma peculiaridad en todo el planeta.