La Asociación de Enfermos y Trasplantados Hepáticos de Aragón (Aetha) ha puesto a disposición de los pacientes y sus familias un segundo piso de acogida, que tiene como objetivo facilitar la estancia en Zaragoza de los afectados cuando deben desplazarse para operaciones o revisiones médicas.

El nuevo inmueble se sitúa en la plaza Nuestra Señora el Carmen —el otro piso está en la calle Eduardo Ibarra— y dispone de un total de siete habitaciones. Además, en esta vivienda la asociación aragonesa ha habilitado un despacho en el que la trabajadora social atenderá a los interesados y a los más de 400 socios del colectivo.

Aetha puso en marcha un piso de acogida en el 2000. Tanto el primero como este segundo inmueble están situados en un entorno próximo a los hospitales Miguel Servet y Clínico, ya que en estos es donde existe el programa de trasplante hepático y a donde se acude a consulta. Según la asociación, existe una ocupación «permanente» los 365 días del año.

Este es un servicio continuista y completamente gratuito para los usuarios y las familias. Es la entidad la que hace frente al pago del alquiler, su mantenimiento y los gastos que conlleva. Los datos del Aetha señalan que la vivienda tiene un promedio anual de familias acogidas en torno a 60 y 80 familias. «La gran mayoría acuden por motivos de trasplante hepático o postrasplante, mientras que el resto son ingresos por rechazos del órganos, recaídas o revisiones periódicas del paciente en el hospital», según fuentes del colectivo.

Acompañamiento / El gasto económico que supone el desplazamiento a otra ciudada hace de los pisos de acogida de Aetha un recurso social «muy importante» para los afectados.

Además de las viviendas, el colectivo aragonés proporciona también un servicio de acompañamiento, información, orientación y apoyo social a las familias. El objetivo es ayudarles «en todo lo necesario» mientras dure su estancia. En casos donde los pacientes no tienen constancia de estos pisos de acogida ni saben de la asociación, el modus operandi se basa en que las unidades de trabajo social de los hospitales se ponen en contacto con el Aetha y, acto seguido, se inicia el proceso. Las habitaciones están dispuestas y equipadas para el momento que se precise.

No solo se acogen a enfermos hepáticos, sino que también se derivan casos desde los hospitales de otras patologías cuando hay disponibilidad de habitaciones libres, ya que en los centros sanitarios se tiene constancia de la existencia del proyecto.