Le expropiaron suelo. Le destruyeron 20.000 hectáreas de almendros y olivos de cientos de años. Construyeron un helipuerto, un aparcamiento y viales de acceso. Hicieron desmontes. Y montaron uno de los muchos circos de colocación de la primera piedra del trasvase del Ebro que el anterior Gobierno del PP protagonizó poco antes de las elecciones. Todo para nada. Ni habrá cesión del Ebro ni su suelo es necesario. Ahora, se le devolverá.

La información la publicó ayer El Mundo . Juan Selva, un psicólogo que aprovecha sus ratos libres para trabajar en una finca familiar en Villena, municipio de Alicante, vio cómo por obra y gracia del proyectado macrotrasvase del Ebro desaparecían los olivos centenarios y aparecían cementos y viales. A gran velocidad. Selva se quejó por la "arbitrariedad" con la que fue expropiado, un acto que iba a servir para que el pasado 25 de febrero, el entonces presidente español, el popular José María Aznar, colocara la primera piedra de la cesión de agua (que, en realidad, era ya la tercera, tras dos actos con tufo electoralista llevados a cabo en Murcia y Almería).

El actual Ministerio de Medio Ambiente, que dirige la socialista Cristina Narbona, ha anunciado que le va a devolver las tierras, ahora que el Gobierno central ha derogado el trasvase (el pasado 18 de junio). También tendrá que pagarle los daños, cuya cuantía será de difícil estimación. "¿Qué valor tienen 1.000 almendros o 500 olivos de 120 años?", se pregunta el afectado, que llegó a exponer su caso al Defensor del Pueblo.

Altos cargos del ministerio han visitado la zona para conocer de primera mano la situación y han indicado que por muy elevada que fuera la indemnización, será infinitamente menor que el coste de las obras del derogado proyecto.

Entre múltiples críticas e innumerables denuncias a las juntas electorales correspondientes, el Ejecutivo de Aznar llegó a poner hasta cinco primeras piedras del trasvase, en Murcia, Almería, Alicante, Valencia y Castellón.

En el acto de Villena, Aznar, incluso, ironizó sobre el arranque de la obra, al señalar que celebraba su cumpleaños con otra piedra inaugural. Por cierto, los presentes le cantaron el Cumpleaños feliz .