El coronavirus afectó a la oferta de todos los medios de transporte y redujo drásticamente la demanda y, con ello, los servicios que se ofrecían. Lo llamativo ahora es cómo algunos se recuperan a mucha menos velocidad que otros, como es el caso de todas las conexiones desde Madrid y Zaragoza con Francia, que operaban conjuntamente Renfe y SNCF y que llevan varios meses sin funcionar. O que antes del covid hubiera siete trenes diarios para cuatro líneas diferentes (conexiones con Toulouse, París, Lyon y Marsella) y ahora solo siguen circulando dos convoyes, uno a Lyon y otro a París, que solo se pueden coger desde la estación de Sants en Barcelona.

Ambas operadoras parecen tener más interés en impulsar sus respectivos trenes de bajo coste con los que van a competir en la alta velocidad española que por recuperar unos trayectos que en su día promocionaron como un hito histórico y que ahora languidece. No hay datos oficiales del número de viajeros que están moviendo, pero por pocos que sean ya son más que los inexistentes desde Zaragoza o Madrid.

Y la gran pregunta ayer a SNCF, si se plantea ampliar su oferta del AVE de bajo coste con rutas que enlacen con Francia, ya tiene respuesta: «No está dentro de nuestros planes», respondió la directora general de Ouigo, Hélène Valenzuela. Y también despejó la incógnita sobre el futuro de las rutas actuales que ya opera junto a Renfe: «Las mantendremos y no van a cambiar», garantizó. Otra cosa es el ritmo al que piensan recuperarlas