Un tren tamagochi elaborado por un artista aragonés para la ocasión ha ilustrado las "promesas incumplidas" y el "abandono" que sufre la provincia de Teruel, en la manifestación multitudinaria que ha recorrido las calles de Zaragoza en un ambiente festivo donde no ha faltado el sentido del humor.

A las 11.00 horas, coincidiendo con el tañido de las campañas de la catedral de Teruel en apoyo a la movilización, un tren tamagochi de la compañía 'Ten-fé' ha echado a rodar con pasajeros dentro y empujado por voluntarios que tiraban de una soga.

Entre ellos, estaba José Luis, natural de Barcelona y vecino de Zaragoza, quien se ha sumado a la movilización, consciente de las consecuencias de la despoblación.

"Teruel sólo saldrá hacia adelante si tiramos todos juntos", ha apuntado mientras tiraba de la cuerda.

Detrás, poniendo de su parte para que el tamagochi rodara, se encontraba también su mujer. "Nos casamos hace 25 años en Teruel sin tener ninguna vinculación con la ciudad, sólo porque nos gustaba", ha remarcado Luisa.

Alrededor de este tren, que ha encabezado la manifestación, otros portaban un dorsal de corredor para ilustrar que eran capaces de hacer el recorrido Zaragoza-Teruel más rápido que el ferrocarril que ahora une estas dos ciudades aragonesas.

En este medio de transporte han llegado algunos de los turolenses que esta mañana han participado en la movilización, los más valientes y, sobre todo, los más madrugadores, ya que el trayecto ha durado cerca de tres horas. "Podríamos haber ido y vuelto de Zaragoza a Madrid en ese tiempo", ha indicado el portavoz de 'Teruel Existe", Manolo Gimeno.

Al menos han llegado a tiempo a la manifestación, que ha recorrido el centro de la ciudad hasta llegar a la plaza del Pilar, y en la que han estado presentes los 232 municipios de la provincia de Teruel.

Carteles con sus nombres han hecho visibles cada uno de pequeños estos municipios, algunos minúsculos, con menos de cien habitantes.

Armillas, Torrecilla del Rebollar, Montoro de Mezquita, Valdecebo, Ojos Negros, San Martín del Río, Hinojosa de Jarque, Alloza, Urrea de Gaén, Allepuz, Muniesa... y así hasta los más de 200 nombres de una provincia semidesértica, cuya densidad de población es inferior a los 2 habitantes por kilómetro cuadrado, pero que todavía tiene mucha vida.

Por eso, a lo largo del recorrido, no han faltado los tambores del Bajo Aragón, las gaitas y dulzainas de la música más tradicional, el ritmo de las batukadas, las canciones espontáneas o las referencias y música del cantautor José Antonio Labordeta.

"Labordeta, donde quiera que estés, échanos una mano, viejo amigo", portaba la pancarta que llevaba Cristóbal, vecino de Muniesa, quien ve en Zaragoza una "hermanastra" que no mira hacia el sur.

Más adelante, dos hermanos, de 20 y 14 años, portaban una pancarta con el lema 'Vilanueva del Rebollo de la Sierra quiere seguir existiendo". Pese a su juventud, están concienciados con la supervivencia de éste y otros municipios, donde residen sus abuelos. Así lo han manifestado, mientras su madre no ha podido aguantar la emoción.

Y en mitad del recorrido se ubicaba un curioso repartidor de banda ancha, que con humor ponía de manifiesto la falta de cobertura que tienen muchos municipios de la provincia turolense y que supone también un lastre para su desarrollo. "Cuando venga Mariano Rajoy con los 300 megas, nosotros lo ampliamos a 600", apuntaba con humor quien se encontraba al frente de este puesto.