Germán Melo ha sido condenado a tres años de prisión por abusar sexualmente de su nieta de cinco años, en la casa que ambos compartían. El hombre, de 50 años, negó los hechos durante el juicio y enmarcó la denuncia en una mala relación previa con su mujer. Pese a que los magistrados de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Zaragoza no dudan de que esta existiera, dan plena credibilidad al testimonio de la niña y le imponen tres años de cárcel, diez de alejamiento a más de 200 metros y una indemnización de 1.000 euros que deberá pagar a su nieta.

Los hechos considerados probados sucedieron el pasado 12 de marzo, apenas tres meses después de que su nieta hubiera llegado, junto con su hija, de Colombia, para vivir con el resto de la familia en Zaragoza. De hecho, el hombre tenía otra hija de la misma edad que su nieta, y ambas dormían juntas en una habitación.

La noche del 12 de marzo, madrugada del sábado al domingo, el hombre se levantó, fue a la habitación de las niñas y tras bajarle la ropa interior a su nieta, le palpó y lamió los genitales. La niña se despertó y fue a contárselo a su abuela. La mujer se levantó y halló a su marido en el sofá, y tras abroncarle le dijo que se fuera de casa.

Tres días después, se produjo un altercado entre el ahora condenado y su hijo, en el que intervino la Policía, y la menor volvió a relatar a los agentes lo sucedido con su abuelo.

La niña mantuvo el mismo testimonio ante la jueza de instrucción. Aunque primero lo hizo de forma reticente, acabó reconociendo que el abuelo le había hecho algo malo, y se lo contó al oído a la instructora.

Los jueces dan plena credibilidad a los hechos, y los desvinculan de la mala relación que el hombre pudiera tener con su mujer, admitida por todas las partes en el juicio.