La Audiencia de Teruel ha condenado a 3 años de prisión por un delito continuado de estafa a una empleada de hogar que se apoderó a lo largo del año 2017 de los 45.000 euros que el anciano al que cuidaba tenía depositados en su cartilla de ahorro mediante transferencias bancarias.

En su sentencia, el tribunal relata que la acusada, que vivía en casa del anciano en Teruel junto a su marido y a una hija de ambos, se ganó poco a poco la confianza de su víctima, una persona depresiva, con un deterioro cognitivo leve y sin familia directa.

Tras conseguir que confiara en ella, la acusada, de 40 años, le persuadió desde principios de 2017 para que hiciera dos transferencias desde su cuenta a una a su nombre, así como varias más a una cartilla que había abierto ella a nombre de ambos.

Denunciados los hechos en marzo del año siguiente, el anciano declaró a los investigadores que creía que las transferencias estaban destinadas a pagar el sueldo de la mujer, 800 euros al mes, y a hacer frente a los gastos de la casa.

Además, relató que su intención era pagarle exclusivamente el sueldo y los gastos de la vivienda, que desconocía la existencia de la referida cuenta conjunta y que la acusada le acompañaba a la entidad bancaria para realizar los trámites que le solicitaba.

El tribunal entiende en su sentencia que la mujer se aprovechó de la vulnerabilidad del anciano, que padecía una encefalopatía vascular que le provocaba deterioro cognitivo, para llevar a cabo las transferencias.

Y le condena a 3 años de prisión por un delito de estafa, así como al pago de una multa de 9 meses a razón de 10 euros diarios (2.700 euros) y a indemnizar al anciano en la cantidad defraudada más los intereses acumulados.