La costumbre de tener entre manos y poder visualizar los planos físicos de cualquier edificio que va a ser construido puede empezar a perderse. La digitalización lleva ya años invadiendo el mundo y con ella aparecieron herramientas como las tres dimensiones que ya no solo se ven en la pantalla de cine. Tienen muchas utilidades y una de ellas permite crear planos tridimensionales de cualquier proyecto arquitectónico que vaya a ser construido o que necesite ser archivado para contemplarlo con el paso de los años, como ocurre con el patrimonio cultural de Aragón.

Hay empresas que se encargan de esos trabajos, y uno de sus nombres propios es Bimscan Nazar Estudio, con sede en Zaragoza. Sus socios son Javier Jiménez y Manuel Mayorga, y ambos proceden del área de la construcción. Son arquitectos y crearon esta empresa en Aragón con la idea de «cubrir las necesidades de digitalización del sector de la construcción, industria y patrimonio en la comunidad, aunque hemos hecho trabajos fuera», explican.

Se conocieron en un grupo empresarial dedicado a la Building Information Modeling (BIM), que consiste en una metodología de trabajo colaborativa para la creación y gestión de un proyecto de construcción. El objetivo de esta manera de trabajar es centralizar toda la información del proyecto en un modelo de información digital creado por todos sus agentes. Un sector que conocen a las mil maravillas ya que llevan trabajando en él alrededor de diez años.

Según expone Javier, la sociedad «se montó este año pero ya llevábamos años trabajando en el sector» y por ello nació esta empresa aragonesa. Bimscan Nazar estudio «es una firma zaragozana que ofrece servicios de digitalización mediante el uso de la tecnología Laser Imaging Detection and Ranging (Lidar) y el desarrollo de proyectos en entorno BIM», reseña el propio dueño del negocio.

Sobre la tecnología Lidar, Javier asegura que se trataba de «una tecnología con décadas de existencia pero que ahora se encuentra en auge». Estos avances, estos programas informáticos lo que les permite a estos arquitectos aragoneses es tener la capacidad de «realizar tomas masivas de datos con precisión milimétrica de nuestro entorno de modo que obtenemos un modelo tridimensional de él», avanza Jiménez.

Las ventajas del 3D

Los motivos que llevaron a estos emprendedores aragoneses a poner en marcha el proyecto fueron, entre otros, el abanico de posibilidades que permite: «El frenético desarrollo de la tecnología que vivimos permite optimizar enormemente los procesos de construcción. La aplicación del escaneo láser es uno de los muchos ejemplos que tenemos actualmente», razona Javier Jiménez. Asimismo, expone todo lo que la tecnología ponía al alcance de su mano: «Generación de gemelos digitales o réplicas en 3D de cualquier elemento visible; documentación y catalogación del extenso patrimonio existente en Aragón y, en muchos casos, en estado de ruina por la falta de fondos; generación de visitas virtuales para ofertar un turismo virtual; extracción de planos fiables con precisión milimétrica; preconstrucción digital de proyectos de rehabilitación y la detección y catalogación de patologías», relata.

Las ventajas que permite, de una manera menos técnica, vienen a decir que la tecnología que utiliza esta empresa facilita la «preconstrucción del edificio para que no haya errores y también se reducen los gastos y los plazos de construcción», aclaró Javier. «Con las tres dimensiones controlamos que no haya errores en las ventilaciones o en las estructuras», añadió.

La forma de uso consiste en colocar el láser en un trípode y va sacando los diferentes modelos del edificio en tres dimensiones a través de disparos y, con ello, «se consigue la precisión milimétrica», apostilla Jiménez. «El abanico de posibilidades es muy amplio, a nivel de patrimonio ya que no hay dinero para mantenerlo, de esta manera se archiva el edificio», comenta el dueño de la empresa Bimscan.

Además, se trata de una herramienta esencial para esta época del covid-19, porque con ella «se evitan desplazamientos al lugar y ahora mismo con el tema del teletrabajo viene de perlas para evitar contactos», estima Javier. «Básicamente, escaneo el edificio y se lo envío a quien quiera por wetransfer para que entren virtualmente en la estructura del edificio, evitando contacto con otras personas y sin desplazamientos, simplemente abriendo el modelo en el ordenador», concluyó. En definitiva, conocer las tres caras del patrimonio cultural aragonés