La campaña de inspección de transporte escolar que llevó a cabo la Policía Local de Zaragoza la semana pasada terminó con tres denuncias de entre los 23 autobuses revisados. Dos de las infracciones detectadas fueron relativas a la autorización especial necesaria para ejercer el transporte de este tipo, y una tercera con las puertas de servicio y sus dispositivos de accionamiento.

El objetivo de la campaña, según detallaron fuentes municipales, era el de comprobar la documentación y autorizaciones tanto de conductores como de vehículos, así como que las condiciones técnicas y de seguridad de estos últimas se adaptasen a la normativa. Unos objetivos que se revisan no solo en las campañas especiales organizadas a nivel estatal por Tráfico, como ha sido el caso, sino periódicamente a lo largo del curso lectivo, sobre todo en los horarios de entrada y salida a los centros escolares, los momentos más críticos en lo que la seguridad se refiere.

Desde el curso 2007-2008, todos los vehículos dedicados al transporte escolar deben cumplir los requisitos que se recogen en la normativa sobre condiciones de seguridad en el transporte escolar y de menores.

Entre ellos la obligatoriedad de que los menores vayan acompañados en el autobús por una persona debidamente cualificada; la antigüedad máxima de los vehículos destinados a este tipo de pasajeros; el seguro de responsabilidad civil ilimitado o la obligatoriedad de llevar señal de transporte escolar, entre otros.

Asimismo se presta especial atención en la utilización de los cinturones de seguridad y en los sistemas de retención, ya que en caso de accidente nueve de cada diez lesiones infantiles graves o mortales podrían haberse evitado si se hubiera utilizado este tipo de dispositivos.

En cualquier caso el 90% de los accidentes que se producen durante el transporte escolar, advirtió la Policía Local, tienen lugar en el momento de subir o bajar del vehículo, o en los instantes inmediatos.