La Policía Nacional arrestó durante estas fiestas del Pilar a tres personas por hurtar 90 teléfonos móviles, principalmente en el recinto del River Sound Festival del Párking Norte de la Expo, dos de ellos utilizando el método conocido como chinaor, es decir, rajar bolsos y recoger las pertenencias caídas.

Estos arrestados, según fuentes policiales, componen una banda itinerante llegada desde Madrid, con numerosos antecedentes penales por delitos similares. Sus tres miembros, provenientes de Europa del Este, aprovechan las aglomeraciones propias de las fiestas en las ciudades para actuar, y en este caso seleccionaron la capital aragonesa.

Camuflándose entre la multitud, los tres arrestados utilizaban una cuchilla para rajar la parte inferior de los bolsos o bolsas de los visitantes al citado recinto festivo, y recogían las pertenencias que caían.

En esta ocasión, el dispositivo especial de control del subgrupo de Hurtos de la Policía Nacional de Zaragoza pudo sorprenderlos en acción y recuperar los alrededor de 90 teléfonos móviles y otros objetos de valor que sustrajeron, y que podrán así ser devueltos a los propietarios que los denunciaran y los reclamen.

A ellos se unió, la misma noche, un tercer detenido, vecino de Zaragoza y también delincuente habitual, que hurtaba por el método tradicional, aprovechando algún descuido.

Curiosamente, la cifra de teléfonos móviles que robó este pequeño grupo itinerante y el tercer arrestado coincide con la que fue recuperada durante las fiestas del año pasado, también por la actividad de dos grupos distintos. Ninguno de ellos, aclararon las mismas fuentes, son los mismos que los arrestados en estos pilares.

Uno de los grupos detenidos el año pasado utilizaba la misma técnica del chinaor que estos tres últimos (bastante habitual, por otro lado, ya que requiere habilidad pero no es muy sofisticada), pero añadía un elemento tecnológico para borrar su rastro. Se trataba de un inhibidor de frecuencias de alta potencia que ocultaba la señal de los teléfonos.

Esto, por un lado, les permitía no apagarlos y prolongar así su funcionamiento sin necesidad de tener que introducir -o piratear- el código PUK, y además impedía que los dueños de los móviles, o la Policía, los encontrara utilizando las aplicaciones de geolocalización antirrobo con la que cuentan muchos terminales. Pero la vigilancia tradicional de los agentes permitió localizar a los ladrones y hacer inútiles sus precauciones tecnológicas.

A estos detenidos se unió, al comienzo de las fiestas, el arresto de otra mujer. En este caso no llegó a cometer ningún robo, pero la identificaron y detuvieron al constarle una reclamación de un juzgado de Valladolid como presunta responsable de un timo del abrazo. Es decir, robar joyas o pertenencias abrazando a la víctima con cualquier excusa, desde ser un pariente lejano a una proposición sexual.

VIGILANCIAS

Con estas detenciones, el subgrupo de Hurtos ha cerrado una de sus semanas de más actividad del año, por volumen de población y visitantes. Bien es cierto que cada vez tienen más trabajo a lo largo del año, según explicaban recientemente a este diario, ya que a las habituales fiestas patronales han de sumar las recreaciones históricas que proliferan en los pueblos de Aragón. El propio éxito de estas celebraciones atrae cada vez a más visitantes, y con ello a los ladrones que tratan de aprovecharse de la situación.

Ante la proliferación de este tipo de grupos, a las precauciones habituales de vigilar las pertenencias la Policía añade consejos específicos que pasarían, en primer lugar, por intentar evitar llevar bolsos voluminosos a estos recintos.

Si se hace, hay que intentar al menos llevarlos a la vista (por ejemplo, una mochila por delante), para dificultar la acción de los ladrones, y en todo caso conviene evitar llevar objetos de mucho valor encima.