No es que los vecinos de Utebo, Casetas y Garrapinillos vayan a pasar tres días con bebidas alcohólicas de segundas marcas, sino que no han dejado de rellenar y comprar garrafas de agua para disponer de ella esta semana. El Ayuntamiento de Zaragoza comenzó este lunes, hacia las 15.00 horas, el arreglo de una fuga de una tubería de abastecimiento en el kilómetro 250,7 de la carretera de Logroño que va a dejar sin agua a los 32.088 vecinos de estos municipios y barrios urbanos de la capital aragonesa.

La respuesta de los vecinos y comercios ha sido inmediata y, desde el primer día no han tenido otro remedio que remangarse y rellenar garrafas. «Me he preparado muy bien. Me he llenado garrafas de cinco litros, pozales, he fregado ya la tienda y también he guardado toallitas para limpiarme las manos por si nos quedamos sin agua», señalaba Pilar Gracia, de la droguería La Plaza de Casetas. Además, señaló que ante una obra así «no se puede hacer nada» y que gracias a la difusión del consistorio local han podido ser «previsores».

Esta misma iniciativa habían tomado también en el bar Avenida del mismo barrio. «Para la cafetera hemos comprado garrafas de agua para estos días y poder servir el café. Y almacenamos agua del grifo para fregar la vajilla y para los baños, que eso será un problema», asumía la camarera de este céntrico establecimiento.

Lección de ahorro

Para otros, tal y como señalaba Silvia Gregorio, de la pastelería casetera Olmo, estar tres días sin agua supondrá una buena oportunidad para que se aprenda a no desperdiciarla. «A mis hijos ya les he avisado que es lo que toca estos días. Otros años que también ha pasado algo similar llenaba la bañera de casa entera, pero luego tirar ese agua era mucho desperdicio, así que este año no lo he hecho. Pero tampoco se acaba el mundo con esto, también espero que aprendamos así a no malgastar tanta cantidad de agua», añadía.

O también los hay que no tienen problemas. «Tenemos un motor de agua en casa y aunque no podamos beber agua potable, no tendremos problemas para el resto de electrodomésticos ni para asearnos», comentaba un matrimonio en la avenida de Zaragoza de Utebo. Sin embargo, en la misma vía, una joven aseguraba ayer que estaba llenando todo tipo de recipientes para poder salvar estos días porque no sabía cuándo realmente iba a acabar. Mientras, otra explicaba que se ducharía al llegar a casa porque no lo iba a poder hacer mientras durara la avería, y varios vecinos salían de las tiendas con cubos de agua. Hasta tal punto, que una mujer comentó que ya no quedaban recipientes circulares en una tienda y las palanganas estaban comenzando a agotarse.

La falta de abastecimiento de agua, aunque el Ayuntamiento de Zaragoza haya dispuesto de camiones cisterna de emergencia en Casetas y Garrapinillos, va a suponer un serio contratiempo. «El gran problema es el pan, porque necesitamos 150 litros todos los días para fabricarlo. Nos hemos hecho con unas garrafas grandes de 20 litros y con eso tiraremos para fabricar lo básico», recalcaba Nuria, de la pastelería Trébol de Utebo.

En Garrapinillos, a su vez, el restaurante Casa Indalecio utilizará estos días cubiertos de plástico y se plantea el cierre si el depósito de agua de la cafetera se vacía, según decía Sandra. Al mismo tiempo, pensaba en la ducha de sus hijos. «Mis hijos que juegan a fútbol y se duchan en casa, no sé cómo lo van a hacer. Lo más complicado va a ser la lavadora y la ducha». Quien también pensaba en las complicaciones era Miguel Ángel, un vecino del mismo barrio zaragozano. «He estado llenando ya garrafas, pero si se me acaba, tengo la casa de mis hijos. Lo del aseo será complicado y más con mi problema, que tengo que hacerme varias curas», apostillaba.