Los tres meses más difíciles esperaban justo en la puerta de entrada de la primavera. El coronavirus se ha convertido en aquel enemigo imprevisto que ataca cuando menos lo esperas. Y lo hizo de forma despiadada a una sociedad que caminaba con rumbo firme hacia mejores horizontes, con la crisis del 2008 ya casi en el olvido y con ansias de poder remontar el vuelo definitivamente gracias a proyectos ilusionantes, una sociedad más robusta y preparada y una clase política (en Aragón sí) que miraba en bloque hacia el futuro.

Pero todo eso es ya historia. Bueno, lo del consenso entre las fuerzas políticas, los agentes sociales y la ciudadanía todavía mantiene su vigencia y seguramente será el único asidero al que puede agarrarse Aragón para salir de una pandemia que ha dejado un rastro que tardará mucho tiempo en desaparecer. Porque el balance es desolador: 901 fallecidos por covid-19, hasta más de 5.800 infectados, un sistema sanitario golpeado como nunca antes, calles vacías durante semanas, más de 220.000 aragoneses afectados por el paro, los ERTE o la inactividad, miles de negocios atrapados y con la esperanza de no tener que verse abocados al cierre definitivo. Algo, en definitiva, sin precedentes.

Mirar al futuro

Pero como dicen en esta tierra, no queda otra que mirar hacia adelante. Hoy se cumplen tres meses de la declaración del estado de alarma por la pandemia y EL PERIÓDICO DE ARAGÓN ha querido mostrar, a través de distintos artículos de opinión, qué balance hacen y qué horizonte vislumbran instituciones como el Gobierno de Aragón, las Cortes y el Ayuntamiento de Zaragoza a través de sus máximos responsables.

Además, en las próximas páginas el lector encontrará la opinión y visión de la patronal aragonesa, los sindicatos, los autónomos, el sentir de los profesionales sanitarios y del mundo de la educación y cómo ha afrontado esta difícil coyuntura el tejido social, cuyo papel a través de distintas organizaciones ha sido vital durante estos tres meses y lo seguirá siendo.

El cambio a la fase 3 es ya una realidad y el camino hacia la nueva normalidad ha comenzado a recorrerse. Sin embargo, el riesgo de un rebrote está ahí. Todos estos colectivos se han encargado de recordarlo a los ciudadanos por activa y por pasiva porque, en realidad, la precaución es la mejor arma para combatir un virus que ha cambiado el rumbo de Aragón, de España y del escenario global como nunca antes había sucedido.