En el kilómetro 9 de la A-123, de Montañana a Peñaflor, hay una larga recta de visibilidad perfecta. Pero a las ocho de la tarde de ayer un violento choque frontal entre un monovolumen Nissan Serena y un Hyundai Matrix azul dejaba tres muertos sobre la calzada y una mujer con heridas graves que fue trasladada al Hospital Miguel Servet de Zaragoza.

A esa hora pasaba un número apreciable de coches por la vía, jalonada por pequeñas casas de campo con jardín. Tras la espectacular colisión, junto a la valla de uno de ellos ardió por completo el Nissan Serena, con matrícula Z-3984-AV, que circulaba en dirección a Zaragoza. Sus dos ocupantes, José A. N. de 55 años, y su esposa, Francisca. V. CH., de 50, residentes ambos en Zaragoza, perecieron carbonizados en su interior. Su identidad fue facilitada ayer con reservas, puesto que el estado de los cuerpos no ha permitido aún la total confirmación.

El Hyundai Matrix, matrícula 5818-BYH, iba en dirección a Peñaflor y no se incendió. Su conductor, Enrique O. I, de 36 años y vecino de Zaragoza, falleció en el accidente, mientras que la copiloto, Regina H. S., una mujer de color de 38 años, fue la única implicada en el suceso que no perdió la vida. Herida grave, quedó con una pierna atrapada en la carrocería y presentaba cortes en la cara. Pese a los daños sufridos, no se temía por su vida

Según la versión de testigos presenciales, uno de los dos vehículos ocupó el carril contrario, posiblemente al realizar un adelantamiento. La velocidad máxima de la vía es de 70 kilómetros por hora.

Junto al monovolumen quemado, en el pavimento podía observarse ayer una pronunciada marca de frenada de más de diez metros de largo. El estado en que quedó este vehículo obligó a los bomberos a trabajar durante más de media hora para poder extraer los cuerpos de las dos personas muertas. Su aspecto era irreconocible, pero en el momento del choque un bolso femenino salió disparado del Nissan Serena, y gracias a la documentación encontrada en su interior pudo definirse la identidad de los ocupantes.

La carretera donde tuvo lugar el accidente cuenta con un sólo carril por dirección y apenas tiene arcén, lo que obligó a la Guardia Civil y los agentes de la unidad de Barrios Rurales de la Policía Local a desviar el tráfico por un camino vecinal. El corte se prolongó durante dos horas, desde las ocho de la tarde hasta las diez de la noche. En el lugar del suceso trabajaron agentes de los cuerpos citados, dos unidades de rescate y la UVI de Bomberos, una ambulancia del servicio de emergencias y dos grúas, encargadas de retirar los vehículos siniestrados.

El juez delegó el levantamiento de los cuerpos en el servicio de atestados de la Guardia Civil y la Sangre de Cristo los trasladó al depósito.

Dos horas después del siniestro el tráfico se normalizó. En los arcenes quedaban restos del mortal suceso, como piezas de la carrocería del Hyundai, y algunos efectos de las víctimas. Entre ellos, una camiseta roja o un mapa de carreteras.

Pese a que esta vía es muy transitada por vecinos de Montañana y de Peñaflor, las fuentes consultadas en estos barrios no supieron precisar si las víctimas eran vecinos o tenían relación con estos barrios.