El Tribunal de Conflictos del Supremo dirimirá la competencia en el litigio de los bienes de las parroquias orientales. Un conflicto que llega al Alto Tribunal, después de que el juez de Barbastro haya decidido no inhibirse, tal y como le pedía la Generalitat de Cataluña, que pretende que el pleito se derive hacia la vía contencioso-administrativa.

Esta pretensión, según denunció el letrado de la Diócesis de Barbastro-Monzón, Joaquín Guerrero, constituye una maniobra destinada a alargar el proceso, tal y como argumentó en el escrito que presentó ante el Juzgado de Primera Instancia número 1 de Barbastro. El titular de este órgano judicial, Carlos Lobón, resolvió hace unos días que sí era competente para continuar con el procedimiento, en línea con la argumentación de la parte aragonesa.

Guerrero mantuvo en su recurso elevado al Juzgado de Primera Instancia número 1 de Barbastro, que la Generalitat había creado "un conflicto irreal con fines dilatorios", al fin de postergar indefinidamente el momento de la devolución de las obras de arte.

El juicio por los bienes de las parroquias de la parte oriental de Huesca se celebró en mayo del 2019 y la sentencia se dictó el pasado mes de septiembre. En la misma, el magistrado, Carlos Lobón, instaba al obispado leridano y al museo de la ciudad catalana a devolver las piezas custodiadas en sus instalaciones. Se trata de tallas, retablos y objetos de uso litúrgico (a menudo solo fragmentos) de gran antigüedad que se hallan en depósito e el Museo de Lérida. Fueron llevados a sus instalaciones por distintos motivos (seguridad, restauración, falta de medios) a lo largo del siglo XX, mientras la parte oriental de Huesca perteneció a la diócesis ilerdense, anomalía histórica, geográfica y administrativa que terminó durante la Transición.