Más de 3.500 personas han visitado este pasado fin de semana una nueva edición de Trufa-Te, que se celebraba en la localidad de Monzón y en la que se pudieron degustar más de once kilos de este exquisito manjar. Con largas filas ante la Azucarera comenzaba este gran escaparate de la trufa negra altoaragonesa, donde volvió a materializarse el encuentro entre la hostelería local, los productores y un público de todas las generaciones al que no dejó indiferente el aroma y el sabor de este producto autóctono.

El presidente de la Diputación Provincial de Huesca, Miguel Gracia, destacó el papel que juega en la economía de la provincia el sector agroalimentario, por personas como las que organizan esta cita en la localidad montisonense. Los productores y también la comercialización, pero «sobre todo los que se dedican a trabajar la trufa y transformarla para hacer que sea un aliciente de la gastronomía».

El hecho de que sea un formato itinerante ha conseguido que se detenga, prácticamente, en todas las comarcas altoaragonesas para «que se vea como un producto asequible».

Trufa-te cerraba sus puertas un año más con éxito de público, y tras haber agotado las 11.000 tapas preparadas por nueve establecimientos de Monzón y de otras localidades de la comarca como Albalate y Alcolea de Cinca.