El Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) decidirá, tras la vista celebrada ayer, si debe repetirse el juicio con jurado tras el que Francisco Canela Grima fue condenado a cuatro años de prisión por homicidio imprudente, tras haber causado la muerte de un disparo del joven Robert Racolti, en una bodega propiedad del primero, en Ricla. Para el fiscal y la familia de la víctima, la decisión de los nueve hombres justos no fue debidamente explicada.

Como explicó el fiscal, el jurado no ha de explicarse como un tribunal profesional, pero sí apuntar qué elementos le han llevado a decidirse por una versión u otra. Algo que a su juicio y al de la familia de la víctima, representada por Cristian Anghel, «para nada» sucede en este caso.

Para la defensa, ejercida por Soraya Laborda y Laura Vela, lo que ocurre es que «el veredicto no gustó a las acusaciones», pero el jurado tuvo a su disposición tanto unas pruebas como otras, y concluyó que el disparo fue fruto de una pelea. Vela afirmó que si hubiera una falta de motivación se podría corregir esta, pero no repetir un caso que ya ha sido juzgado y en el que se dispuso de todo tipo de pruebas.